CAPITULO 9
EL TEMPLO Y SU RITUAL
El Templo en Jerusalén fue el punto central de la adoración
judía a Dios; edificado por Salomón mil años antes de la era cristiana.
En el año cuatrocientos ochenta, después que los hijos de
Israel salieron de Egipto, el año cuarto del principio del reino de Salomón
sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la
casa de Jehová.» (I Reyes 6:1)
El Templo fue destruído en el año 586 A. C
., cuando los judíos fueron llevados a Babilonia en
cautiverio. Después de su regreso bajo Zorobabel, la edificación del otro
templo fue autorizada por Ciro el Rey.
«Y fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la
provincia de
Media, un
libro en el cual estaba escrito así: Memoria: En el año primero del rey Ciro,
el mismo rey Ciro dió orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en
Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer
sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de
sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y una de madera
nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey. Y también los
utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodosor sa de
l Templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia,
sean devueltos y vayan a su lugar, al Templo que está en Jerusalén, y sean
puestos en la casa de Dios.» (Esdras 6:2-5)
La reconstrucción terminó en el año 515 A. C. y el Templo
restaurado era menos magnífico que el original.
«Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes
de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los
cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban
grandes gritos de alegría.» (Esdras 3:12)
Con el fin de ganar favoritismo con los Judíos, el rey
Herodes el Grande trató de edificar el Templo a una escala más grande.
El
historiador Josefo (Ant. XV.xi; Jewish War, V.v.) describió el Templo,
incluyendo las cortes y secciones para los sacerdotes. El Templo estaba construído
sobre un área de más o menos 13 hectáreas, llamada LA CORTE DE LOS GENTILES.
Esta corte, la cual Herodes encerró con majestuosas columnas de mármol, fue el
centro de la vida activa. Dentro de ésta había una segunda corte más pequeña,
encerrada en piedra con una altura interna de 5 a 6 pies, sobre la cual habían
inscripciones, algunas en griego, otras en caracteres latinos, prohibiendo a
todas las personas, excepto aquellos que eran de Israel, entrar al encerrado.
Dos de estas notificaciones han sido descifradas y dicen:
«No se permite a ningún hombre de otra nación pasar la
barrera y estar alrededor del Templo. Quien sea encontrado allí será
responsable de su propia muerte.»
Dentro de
esta área, se edifi el propio templo con grandes bloques de piedra blanca. Su
interior tenía las mismas dimensiones del Templo de Salomón (I Reyes 6:2), pero
su altura era de 60 pies y contenía una cámara alta.
El altar de
las ofrendas u holocaustos, hecho de piedra sin esculpir, fue puesto delante de
la entrada del Templo. Al norte del altar estaba el lugar donde las víctimas
eran sacrificadas y preparadas para quemarlas. Al occidente se encontraba el
lavatorio para las abluciones de los sacerdotes antes de llegar al altar.
Dentro del propio Templo había muebles, como en los días del Antiguo
Testamento, tales somo el altar de incienso, una lámpara de oro con siete
candeleros y la mesa de la preposición para el pan. (Números 4:7)
Hay un
interés especial en cuanto a la lámpara con los siete cendeleros y la mesa de
la preposición. Estos formaban parte del botín llevado por Tito a Roma como
trofeo durante la caída de Jerusalén en el año 70 D. C. Todavía pueden verse en
las esculturas del arco de Tito en el foro Romano.
Durante los
días de Jesús, el acto principal del rito judío fue la ofrenda presentada cada
mañana (más o menos a las 9 de la mañana) y cada tarde, en nombre de la
comunidad de Israel. Antes del amanecer, los sacerdotes que estaba dispuestos
para el servicio de la mañana, se bañaban, se vestían con su traje sacerdotal y
se reunían en un cuarto a sortear, para ver quien de ellos iba a oficiar. En la
misma forma se seleccionaban sacerdotes para otros oficios, tales como: quitar
las cenizas del altar del holocausto, sacrificar el cordero, rociar la sangre
sobre el altar, limpiar el candelero y hacer el aseo general.
Al amanecer
el Templo era abiert
o y poco a poco se iban agrupando las delegaciones de
Jerusalén, de las regiones cercanas, así como de Judea y otros lugares
distantes; se reunían en la corte, a los tres lados del Templo. Las mujeres
tomaban su lugar, ubicado en el nivel más bajo y más distante del Templo.
Los
sacerdotes oficiantes se reunían en un cuarto para un breve devocional, después
del cual comenzaba el solemne rito de la ofrenda del incienso; los asistentes
afuera se postraban en adoración y oración silenciosa (Lucas 1:10). Al salir
del Templo, el sacerdote pronunciaba una bendición en los escalones del rtico y
lanzaba partes de la víctima quemada. La preparación para la ofrenda de la
belrda (una libación de vino, dentro de tres y seis pintas en cantidad) era la
señal para que uno de los coros de los levitas comenzara a cantar el Salmo
seleccionado para ese día (I Crónicas 6:31). El coro era acompañado de música
instrumental, incluyendo el arpa y varias clases de instrumentos de resonancia
(ver Salmos 150:3-5). Durante el canto de los Salmos, dos sacerdotes tocaban
trompetas de plata, y a este sonido la gente nuevamente se postraba.
El servicio
público terminaba al finalizar los Salmos, y los sacrificios privados se
ofrecían luego. Eran ofrendas de gratitud o expiación, presentadas por los
judíos prestigiosos a su propio costo. Uno de los sacrificios que estaba
prescrito por la Ley Mosaica era ofrecido 40 días después del nacimiento de un
niño; ordinariamente, un cordero de un año para el holocausto y una paloma
joven para la ofrenda de pecado, pero las familias que no podían gastar una
cabra o cordero podían substituírlo por una paloma (Lev. 2:6-8; Lucas 2:22-24)
El servicio
de la tarde se diferenciaba del servicio de la mañana en que el incienso era
ofrecido después de quemar la víctima y no antes, como en el de la mañana. Para
este servicio, también se encendían las lámparas sobre sus siete candeleros.
CHECK MATEO
15:2, THE TEXT
Moavan las manos cuando comen pan?» (Mateo 15:2)
«Porque los
fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si
muchas veces no se lavan las manos, no comen. Le preguntaron, pues, los
fariseos y los escribas: Por qué tus discípulos no andan conforme a la
tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?» (Marcos
7:3,5)
Estas tradiciones fueron transmitidas oralmente hasta más o
menos 200 D. C. cuando fueron escritas. Más de una vez, Jesús tuvo con