CAPITULO 35

EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE PABLO



El concilio apostolico fue un paso significante en el progreso de la libertad del cristianismo; se le dio una comision amplia a la politica misionera de Pablo y Bernabe, y reconocio la libertad a los gentiles de la ley mosaica. Pero muchos dificultades de practica todavia quedaron para ser resueltas.

Una de estas dificultades aparecio en Antioquia despues del concilio.

"Pero cuando Pedro vino a Antioquia, le resisti cara a cara porque era de condenar." (Galatas 2:11) El concilio establecio la norma para los cristianos gentiles de ser libres de la ley mosaica, pero no habia determinado que los cristianos judios debian abandonar la practica de la ley mosaica. Ademas, a fe de que los requerimientos ceremoniales pudieran ser observados, los judios siempre estuvieron acostumbrados a evitar tener companerismo y comer en la mesa con los gentiles. Que deberian hacer, por eso, en las iglesias que estaban compuestas de Judios y gentiles? Como podian los cristianos Judios en tales iglesias continuar observando la ley ceremonial y todavia tener companerismo de comer con los hermanos gentiles? El asunto fue importante especialmente por la costumbre de la celebracion de la Santa Cena y en conexión con una alimentacion completa en una fiesta de amor. La unidad de la iglesia simbolizada en la participacion de un pan y una copa, fue amenazada por los cristianos judios con opiniones fariseicas que habian tenido opiniones consistentes en contra de comer con los cristianos gentiles.

Parece ser que la iglesia en Antioquía practicó el comer con judíos y griegos en la misma mesa. Es decir que las regulaciones dietéticas fueron quitadas como un obstáculo de compañerismo cristiano, y a los Judíos y Griegos se les permitió sentarse en la misma mesa y comer la misma comida. Mientras Pedro visitaba Antioquía, también practicó comer en la misma mesa con los cristianos gentiles. Pero cuando otros visitantes llegaron a Antioquía desde Jerusalén clamando la autoridad de Santiago, Pedro no comió con los hermanos Griegos. Tal vez tuvo miedo de transgredir la ley ceremonial de los Judíos.

"Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión" (Gálatas s2:12).

Al fin Bernabé y los otros acompañaron a Pedro.

Pablo sintió que un principio vital estaba en juego; que la acción de Pedro anuló la libertad que había sido dada en Jerusalén por el concilio. Para Pablo, pudo no ser un compromiso el que los gentiles eran admitidos sin condición al completo compañerismo cristiano o que la iglesia era esencialmente una institución del Evangelio. En su indignación, él acusó a Pedro y Bernabé de hipocresía y cobardía.

"Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues

antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aún Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, por qué obligas a los gentiles a judaizar? (Gálatas 2:11-14).

Las palabras de Pablo fueron duras y pudieron haber dejado cicatrices a la amistad con Bernabé. Pablo se sintió incómodo de ver que no podía confiar en su viejo camarada cuando hubiera tiempos duros. Después de esto podía únicamente buscar algo y disolver su asociación.

Tal ocasión se dio cuando Pablo estaba haciendo preparaciones para otro viaje misionero. Bernabé quería llevar a su primo, Juan Marcos, con ellos de nuevo. Pero Pablo cuestionó la sabiduría de llevar uno que había perdido el ánimo anteriormente y regresó a casa en su primer viaje (Hechos 13:13). Pablo sintió que Juan Marcos no era de confianza y había determinado que a Bernabé se le debía dar otra oportunidad (Hechos 15:36-38). La discusión entre los dos llegó a ser el punto principal para que los dos discípulos viajaran por distintos caminos. Bernabé llevó a Marcos y viajaron por Chipre. Por otro lado, Pablo llevó a Silo cuyo nombre Romano era Silvanio y salió en su SEGUNDO VIAJE MISIONERO en el año mas o menos 49 D.C. Ahora según Hechos 16, Pablo parece que se sintió a sí mismo libre como nunca antes con un mundo de misiones por delante.

Mientras que él estaba visitando de nuevo los pueblos en la parte sur de Galacia a fin de reconfirmar y fortalecer las iglesias que había establecido en su primer viaje misionero, Pablo encontró en Listra al joven Timoteo, hijo de padre griego y madre judía cristiana que le persuadió de acompañarlos (Hechos 16:1-3). Es difícil determinar con exactitud si los tres, Pablo, Silas y Timoteo salieron hacia el norte por la parte de Galacia estableciendo una iglesia allá y luego regresando al occidente hacia Troas, o si ellos fueron directamente a Troas. De todos modos, una vez en la ciudad de Troas, un perto cerca de la boca de Helens; los misioneros fueron dirigidos providencialmente a cruzar a Europa. Como respuesta a una visión que tuvo Pablo acerca de un hombre en Macedonia que les pedía venir a ayudarlo, inmediatamente tomaron un barco a Europa arribando en el puerto de Nápoles y de ahí fueron 10 millas adentro a una ciudad llamada Filipos (Hechos 16:6-11).

Filipos era una ciudad en el distrito de Macedonia. Lucas la describe como una colonia Romana (Hechos 16:12), y de un estatus adquirido cuando Augusto César envió a esta ciudad un grupo de ciudadanos romanos que mantuvieron su ciudadanía Romana y formaban la aristocracia del lugar.

En el día sábado, Pablo predicó a un grupo de Judíos sinceros, proselitistas, que se habían reunido para orar en un lugar al lado del Río Ganges. La primer convertida fue una prominente mujer comerciante de Faratira, llamada Lidia. Aparentemente ella era una procelitista gentil, que aceptó a Cristo como su salvador; también todos los de su casa. Más tarde, ella dio hospitalidad a los misioneros recibiéndolos en su casa. La generosidad de esta mujer rica dio el modelo de la liberalidad de la iglesia de Filipos en los años posteriores (Filipenses 4:14-20). Los días de Pablo en Filipos fueron cortados por un encuentro con las autoridades de la ciudad. Una niña esclava poseída por un demonio era explotada por sus dueños para satisfacer las supersticiones de los paganos en la ciudad de Filipos. Pablo expulsó el espíritu malo de esta niña, lo cual fue una pérdida económica para los dueños de la niña, quienes entonces arrestaron a Pablo y Silas. Ellos testificaron tanto de su fé cristiana que el carcelero recibió a Cristo (Hechos 16:25-34). Al día siguiente, invocando sus derechos como ciudadanos Romanos, salieron de la prisión y junto con Timoteo viajaron de nuevo.

Así empezó la primera iglesia establecida por Pablo en tierra Europea. Llegó a ser una de sus favoritas, a la única que él le permitió darle asistencia financiera (Fil. 4:15-16), y a la cual le escribió una de sus cartas más apasionadas. Pablo y sus compañeros viajaban hacia el occidente, pasando pueblos con poca población Judía hacia una ciudad llamada Tesalonisenses, mas o menos 100 millas al occidente de Filipos. Ahí hubo una sinagoga estratégicamente situada en el golfo termático, ahora llamado Salónica. La ciudad de Tessalonisenses era una de las ciudades más importantes de Macedonia. Una vez mas la obra misionera de Pablo tuvo éxito. En pocas semanas la iglesia fue establecida por algunos Judíos y muchos Griegos devotos. Según Hechos 17:4, muchas mujeres líderes en la comunidad fueron miembros. Durante la permanencia de Pablo en Tesalonisenses, él encontró un trabajo haciendo tiendas a fin de pagar su comida (I Tesalonisenses 2:9). Después de una estadía mas corta de lo que él deseaba, la persecución instaurada por los judíos, expulsó a los misioneros de la ciudad. La iglesia, sin embargo, continuó viviendo y poco después Pablo fue capaz de decir en una carta a Tesalonisenses (I Tes. 1:7): "Ustedes han sido el ejemplo de todos los creyentes en Macedonia y en Aquea".

Dejando a Silas y a Timoteo llevar a cabo la obra en Berea, Pablo siguiuó a Atenas. Esta era el centro cultural de todo el mundo antiguo Greco-romano. Aquí estaba el centro de la filosofìa estóica. Pablo predicó no solo en la sinagoga, sino también a todos en el mercado. Varios filósofos hipócrafos y estóicos se interesaron en el maestro cristiano, aunque ellos lo consideraron divertido y no un deseo serio de aprender lo que el enseñaba. Sin embargo, él fue invitado a exponer sus doctrinas delante de los consejeros de la corte del aerópago, la cual tenía mucho poder político y de justicia; tenía la obligación de revisar cualquier nueva lectura religiosa. En el discurso de Pablo delante de ellos tenemos el recuento en Hechos; se ve una táctica clásica y de coraje valeroso.

Tomando como punto principal una inscripción que él había visto en un altar ateniense: "Al dios no conocido" (Hechos 17:23), Pablo enfocó la obra de Dios como creador y preservador del mundo y de la humanidad. Mientras que el apóstol demuestra su apreciación de las verdades, en lo cual el evangelio tenía mucho en común con los estóicos y aún él incluye conceptos de dos escritores paganos (Hechos 17:28), concluye su discurso con la proclamación de que el día del juicio del mundo, en el cual Jesús, que Dios había levantado de los muertos, va a ser el Juez Universal. Cuando Pablo habló acerca de la resurrección, su audiencia se dividió; algunos se burlaban de la idea, mientras que otros amablemente dijeron que, ya te oiremos acerca de esto otra vez. Sin embargo Hechos 17:324 dice:

""Mas algunos creyeron juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el Aeropagita, una mujer llamada Damaris y otros con ellos".

Aunque hubo algunos conversos en Atenas, no hay evidencia de que el aóstol tuviera éxito en establecer una iglesia allí, ni se menciona esta ciudad en otra epístola o carta. Parece que Atenas desanimó a Pablo por los pocos resultados de su esfuerzo. También parece que jamás Pablo volvió a discutir filosóficamente. I Corintios 2:1'2 dice que Pablo resolvió predicar únicamente de Jesús crucificado.

Desde Atenas Pablo se trasladó a Corinto, que era la capital de la provincia Romana de Aquea en Grecia. También era de suma importancia comercial, una ciudad metropolitana situada en la costa, más o menos 50 millas hacia el occidente de Atenas. Tenía una población de medio millón de habitantes y era notoria por su adoración a la diosa de la fertilidad, que floreció en las formas más sensuales haciendo de Corinto un centro de inmoralidad. Su imagen era tan mala que la expresión "Vivir como un Corintio" significaba vivir una vida desastrosa.

La misión de Pablo en Corinto, al contrario de Atenas, fue una de las más fructíferas en la historia de la iglesia primitiva Cristiana. Durante el curso de su ministerio allí, las congregaciones de creyentes fueron establecidas únicamente en Corinto, pero otras iglesias fueron establecidas alrededor (Rom. 16:1; II Cor. 1:1; II Tes. 1:4). Como la comunidad cristiana crecía, varias personas distinguidas llegaron a ser conversos, incluyendo a una persona llamada Tripus, el líder o gobernador de la sinagoga judía (Hechos 18:8; I Cor. 1:14). En fin, parece que la mayoría de los miembros de la iglesia venían de una clase baja (I Cor. 1:26; 9:11), y muchos fueron separados con gran dificultad de sus costumbres paganas. Incluso varios años después, el apóstol todavía se dirigió a ellos como si fueran débiles bebés en Cristo (I Cor. 3:1-2).

Fue ahí en Corinto donde Pablo escribió dos cartas a la iglesia en Tesalónica. En las salutaciones de sus cartas, él nombra a sus compañeros Silas y Timoteo (I Tes. 3:6). Como Pablo fue obligado a dejar Tesalónica antes que él lo deseara, estuvo ansioso y preocupado de saber si su obra en aquella ciudad había quedado firme. Regocijado por las noticias del progreso de la iglesia de Tesalónica, Pablo escribió como un pastor expresando su satisfacción y contestando algunas inquietudes.

Después de 18 meses en Corinto, Pablo se fue hacia el este. Aquila y su esposa Priscila viajaron con él hacia Efeso (Hechos 18:18-19). Ahí él los dejó, prometiéndoles regresar cuando hubiera visitado su iglesia patrocinadora en Antioquía de Siria (Hechos 18:22). Así pues, terminó el segundo viaje misionero de Pablo desde el año 49 a 53 D.C. Durante este período, la cristiandad fue establecida en Europa, y un gran paso fue dado en la evangelización del Imperio Romano.