Creemos
que la Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados, y que
es tesoro perfecto de instrucción celestial;1 que
tiene a Dios por autor, por objeto la salvación, y por contenido
la verdad sin mezcla ninguna de error,2 que
revela los principios según los cuales Dios nos juzgará;3 siendo
por lo mismo, y habiendo de serlo hasta la consumación de los siglos,
centro verdadero de la unión cristiana, y norma suprema a la
cual se debe sujetar todo juicio que se forme de la conducta, las creencias
y las opiniones humanas.
1
II Timoteo 3:16, 17. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra. También II Pedro 1:21; II Samuel
23:2; Hechos 1:16.
2
Proverbios 30:5, 6. Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo
a los que en él esperan. No atiadas a sus palabras, para que no
te reprenda, y seas hallado mentiroso. También Juan 17:17; Romanos
3:4; Apocalipsis 22:18, 19.
Romanos
2:12. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán.
Juan 12:47, 48. Al que oye mis palabras . . . la palabra que he hablado,
ella le juzgará en el día postrero. También I Corintios
4:3, 4; Lucas 10:10-1612:47, 48.
II.El
Dios Verdadero
Creemos
que las Escrituras enseñan que hay un Dios viviente y verdadero,
y solamente éste; Espíritu infinito e inteligente, cuyo nombre
es JEHOVA, Hacedor y Arbitro Supremo del cielo y de la tierra,1
indeciblemente glorioso en santidad,2 y
merecedor de toda la honra, confianza y amor posibles;3 que
en la unidad de la Divinidad existen tres personas que son: el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo;4 iguales
éstos en toda perfección divina, desempeñan oficios
distintos, pero que armonizan, en la gran obra de la redención.
1
Juan 4:24. Dios es espíritu. Salmo 147:5. Grande es el Señor
nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito. Salmo 83:18.
Tu nombre es Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la
tierra. Hebreos 3:4; Romanos 1:20; Jeremías 10:10.
2
Éxodo 15:11. ¿Quién como tú, oh Jehová,
magnífico en santidad? Isaías 6:31 Pedro 1:t5, 16; Apocalipsis
4:6-8.
3
Marcos 12:30. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
ytoda tu alma, y con toda tu mente
y con todas tus fuerzas. Apocalipsis 4:11. Señor, digno eres de
recibir la gloria y la honra y el poder. Mateo 10:37; Jeremías 2:12,
13.
4
Mateo 28:19. íd, y haced discípulos a todas las naciones,
bautízándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Juan 15:26; 1 Corintios 12:4-6.
111.
La Caída del Hombre
Creemos
que las Escrituras enseñan que el hombre fue creado en santidad,
sujeto a la ley de su Hacedor;1 pero
que por la trasgresión voluntaria cayó de aquel estado santo
y feliz;2 por
cuya causa todo el género humano es ahora pecador,3 no
por fuerza, sino por su voluntad; hallándose por naturaleza
enteramente desprovisto de la santidad que requiere la ley de Dios,
positivamente inclinado a lo malo, y por lo mismo bajo justa condenación,4 sin
defensa ni disculpa que le valga.
1
Génesis 1:27. Creó Dios al hombre a su imagen. Génesis
1:31. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera. Eclesiastés 7:29; Hechos 17:26; Génesis
2:16.
-
Génesis 3:6-24. Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar
la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también
a su marido, el cual comió así como ella. Romanos 5:12.
3
Romanos 5:19. Por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores. Juan 3:6; Salmo 51:5; Romanos 5:15-19.
4
Efesios 2:3. Entre los cuales también todos nosotros vivimos en
Otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la
carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira,
lo mismo que los demás.
5
Ezequiel 18:19, 20. El alma que pecare, esa morirá. Romanos
1:20.
No tienen excusa. Romanos 3:19. Para que toda boca se cierre y todo el
mundo quede bajo el juicio de Dios. Gálatas 3:22.
IV.El
Camino de la Salvación
Creemos
que las Escrituras enseñan que la salvación de los pecadores
es puramente gratuita,1 en
virtud de la obra intercesoria del Hijo de Dios; quien cumpliendo la voluntad
del Padre, se hizo hombre, exento empero de pecado;3 honró
la ley divina con su obediencia personal, y con su muerte dio plena satisfacción
por nuestros pecados,4 resucitando
después de entre los muertos, y desde entonces entronícese
en los cielos; que reúne en su Persona admirabilísima las
simpatías más tiernas y las perfecciones divinas, teniendo
así por todos estos motivos las cualidades que requiere un Salvador
idóneo, compasivo y omnipotente.~
1
Efesios 2:5. Por gracia sois salvos. Mateo 18:11; 1 Juan 4:10; ¡
Corintios 3:5-7; Hechos 15:11.
2
Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
‘1
Filipenses 2:6, 7. Siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual
a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres
4
Isaías 53:4, 5. Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su haga fuimos nosotros curados.
5
Hebreos 7:25. Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los
que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por
ellos. Colosenses 2:9. Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la deidad.
V. La
Justificación
Creemos
que las Escrituras enseñan que la justificación es el gran
bien evangélico que asegura Cristo1 a
los que en él tengan fe;2 que
esta justificación incluye el perdón del pecado,3 y
el don de la vida eterna de acuerdo con los principios de la justicia;
que da esta justificación exclusivamente mediante la fe en
él, y no por consideración de ningunas obras de justicia
que hagamos; imputándonos Dios gratuitamente mediante esta
fe la justicia perfecta de Cristo,4 que
nos introduce a un estado altamente bienaventurado de paz y favor
con Dios, y ahora y para siempre hace nuestros todos los demás bienes
que hubiéremos menester.5
1
Juan 1:16. De su plenitud tomamos todos. Efesios 3:8.
2
Hechos 13:39. En él es justificado todo aquél que creen Gálatas
3:11,
12; Romanos 5:1.
3
Romanos 5:9. Justificados en su sangre, por él seremos salvos de
la ira. Zacarías 13:1; Mateo 9:6; Hechos 10:43.
4
Romanos 5:19. Por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos. Romanos 3:14-26; 4:23-25; Juan 2:12.
5
Romanos 5:1, 2. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también
tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
VI.El
Carácter Gratuito de la Salvación
Creemos
que las Escrituras enseñan que el evangelio a todos franquea los
bienes de la salvación;1 que
es deber de todos aceptarlos inmediatamente con fe cordial, arrepentimiento
y obediencia,2 y
que el único obstáculo para la salvación del peor
pecador de la tierra es la perversidad de éste, y su repulsa voluntaria
del evangelio,3 repulsa
que le acarrea condenación agravada.4
1
Isaías 55:1. A todos los sedientos: Venid a las aguas. Apocalipsis
22:17.
El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
2
Hechos 17:30. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,
ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan. Romanos
16:26; Marcos 1:15; Romanos 1:15-17.
3
Juan 5:40. No queréis venir a mí para que tengáis
vida. Mateo
23:37;
Romanos 9:32.
4
Juan 3:19. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y
los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras
eran malas. Mateo 11:20; Lucas 19:27; 11 Tesalonicenses 1:8.
VII.
La Regeneración
Creemos
que las Escrituras enseñan que para ser salvo hay que ser regenerado
o sea nacer de nuevo;1 que
consiste la regeneración en comunicar al alma el carácter
santo;-’ que el poder del Santo Espíritu en unión de la verdad
divina, a efectúa la regeneración de una manera que no está
al alcance de nuestra inteligencia, consiguiéndose así que
voluntariamente obedezcamos al evangelio;4 y
se ve evidenciada realmente en los santos frutos de arrepentimiento,
fe y novedad de vida.3
1
Juan 3:3. De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios. Juan 3:6, 7; 1 Corintios 1:14; Apocalipsis
8:7-9; 21:27.
2
II Corintios 5:17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es. Ezequiel 36:26; Deuteronomio 30:6; Romanos 2:28, 29.
3
Juan 3:8. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes
de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que
es nacido del Espíritu. Juan 1:13; Santiago 1:16-18; 1 Corintios
1:30; Filipenses 2:13.
4
1 Pedro 1:22, 23.Habiendo purificado
vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu.
1 Juan 5:1; Efesios 4:20-24; Colosenses 3:9-11.
5
Efesios 5:9. El fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y
verdad. Romanos 8:9; Gálatas 5:16-23; Efesios 3:14-21; Mateo 3:8-10;
7:20; I Juan 5:4,18.
VIII. El
Arrepentimiento y la Fe
Creemos
que las Escrituras enseñan que son deberes sagrados el arrepentimiento
y la fe, y asimismo que son gracias inseparables, labradas en el alma por
el Espíritu Regenerador Divino;1 mediante
las cuales, profundamente convencidos de nuestra culpa, de nuestro peligro
y de nuestra impotencia, como también de lo referente al camino
de salvación mediante Cristo,2 nos
volvemos hacia Dios sinceramente contritos. Confesándonos con
él e impetrando su misericordia; cordialmente reconociendo, a la
vez, al Señor Jesucristo como profeta, sacerdote y rey nuestro,
en quien exclusivamente confiamos en calidad de Salvador único y
omnipotente.
1.Marcos
1:15. Arrepentios, y creed en el evangelio. Hechos 11:18. ¡ De manera
que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”
Efesios 2:8. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios. 1 Juan 5:1.
2.Juan
16:8. Convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Hechos
2:38. Pedro les dijo: Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados. Hechos 16:30,
31.
3.Romanos
l0:9-11. Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo. Hechos 3:22, 23; Hebreos 4:14.
IX. El
Propósito de la Gracia Divina
Creemos
que las Escrituras enseñan que la elección es aquel propósito
eterno de Dios según el cual misericordiosamente regenera, santifica
y salva a los pecadores;1 que
por ser este propósito perfectamente consecuente con el albedrío
humano, abarca todos los medios junto con el fin,- que sirve de manifestación
gloriosísima de la soberana bondad divina,3 que
absolutamente excluye la jactancia, promoviendo la humildad;4 amor,
oración, alabanza y confianza en Dios, e imitación activa
de su gratuita misericordia; que estimula al uso de los medios; que puede
conocerse viendo sus efectos en todos los que realmente reciben a Cristo;5 que
es fundamento de la seguridad cristiana; y que cercioramos de esto,
por lo que nos concierne personalmente, exige y merece suma diligencia
de nuestra parte.6
1.II
Timoteo 1:8, 9. Participa de las aflicciones por el evangelio según
el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento
santo, no conforme 5 nuestras obras, sino según el propósito
suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos
de los siglos.
2.II
Tesalonicenses 2:13, 14. Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó
mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloría de nuestro Señor
Jesucristo.
3.1
Corintios 4:7. Porque ¿quién te distingue? ¿oh qué
tienes que no hallas recibido? Y silo recibiste, ¿por qué
té glorias como si no lo hubieras recibido? 1 Corintios 1:26-31;
Romanos 3:27.
4.II
Timoteo 2:10. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para
que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo
Jesús con gloria eterna. I Corintios 9:22; Romanos 8:28, 30.
5.I
Tesalonicenses 1:4. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra
elección.
6.I
Pedro 1:10, 11. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer
firme vuestra vocación y elección. Filipenses 3:12; Hebreos
6:11.
X. La
Santificación
Creemos
que las Escrituras enseñan que la santificación es aquel
procedimiento mediante el cual se nos hace partícipes de la santidad
de Dios, según la voluntad de éste;5 que
es obra progresiva;2 que
principia con la regeneración; que la desarrolla en el corazón
fiel la presencia y poder del Santo Espíritu, Sellador y Consolador,
empleándose continuamente los medios señalados, sobre
todo, la palabra de Dios, y también el examen propio, la abnegación,
la vigilancia y la oración, a practicando todo ejercicio y cumpliendo
todo deber piadoso.4
1.1
Tesalonicenses 4:3. La voluntad de Dios es vuestra santificación.
1 Tesalonicenses 5:23. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo.
II Corintios 7:1; 13:9; Efesios 1:4.
2.Proverbios
4:18. La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento
hasta que el día es perfecto.
3.Filipenses
2:12, 13. Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su buena voluntad. Efesios 4:11, 12; I Pedro 2:2; II Pedro 3:18; II
Corintios 13:5; Lucas 11:35; 9:23; Mateo 26:41; Efesios 6:18; 4:30.
4.I
Timoteo 4:7. Ejercítate para la piedad.
XI.La
Perseverancia de los Santos
Creemos
que las Escrituras enseñan que los verdaderos regenerados, los nacidos
del Espíritu, no apostatarán para perecer irremediablemente,
sino que permanecerán hasta el fin;1 que
su adhesión perseverante a Cristo es la señal notable
que los distingue de los que superficialmente hacen profesión;2 que
por el bien de ellos se ve la providencia especial;1 y
que son custodiados por el poder de Dios para la salvación mediante
la fe.4
1
Juan 8:31. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían
creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos. 1 Juan 2:27, 28.
2I
Juan 2:19. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen
sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron
para que se manifestase que no todos son de nosotros.
3
Romanos 8:28. Y sabemos que a 105 que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Mateo 6:30-33; Jeremías 32:40.
4
Filipenses 1:6. El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo. Filipenses 2:12, 13.
XII. La
Ley y el Evangelio
Creemos
que las Escrituras enseñan que la ley de Dios es la norma eterna
e invariable de su gobierno moral,1 que
es santa, justa y buena;2 que
la única causa de la incapacidad para cumplir los preceptos
de ella, atribuida por las Escrituras al hombre caído, es la naturaleza
pecaminosa de éste;1 libertarnos
de la cual, y restituirnos mediante Intercesor a la obediencia de la santa
ley, es uno de los principales objetos propuestos en el evangelio, y también
de los medios de gracia relacionados con el establecimiento de la
iglesia.4
1
Romanos 3:31. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera,
sino que confirmamos la ley.Mateo
5:17; Lucas 16:17; Romanos 3:20; 4:15.
-’
Romanos 7:12. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento
santo, justo y bueno. Romanos 7:7, 14, 22; Gálatas 3:21; Salmo 119.
3
Romanos 8:7, 8. Por cuanto la mente carnal es enemistad Contra Dios; porque
no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede; y los que viven según
la carne no pueden agradar a Dios.
4
Romanos 8:2~4. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús
me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a
su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó
al pecado en la carne; para que la justicia de la ley sé cumpliese
en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
XIII. Una
Iglesia Evangélica
Creemos
que las Escrituras enseñan que una iglesia de Cristo es una agrupación
de fieles bautizados,1 asociados
mediante pacto en la fe y la comunión del evangelio;2 la
cual practica las ordenanzas de Cristo;3 es
gobernada por las leyes de éste;4 y
ejerce los dones, derechos y privilegios que a ella otorga la palabra del
mismo;5 y
cuyos únicos oficiales bíblicos son el pastor u obispo, y
los diáconos;6
estando definidos los requisitos, derechos y obligaciones de estos oficiales
en las Epístolas de Pablo a Timoteo y Tito.
1
Hechos 2:41, 41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados;
y se añadieron aquel día como tres mil personas.
21
Corintios 8:5. A sí mismos se dieron primeramente al Señor,
y luego a nosotros por la voluntad de Dios.
3
I Corintios 11:2. Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis
de ml, y retenéislas instrucciones tal y como os las entregué.
4
Mateo 28:20.Enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado. Juan 14:15
5
1 Corintios 14 11 Procurad abundar en ellos para edificación
de la iglesia.
6
Filipenses 1:1. Con los obispos y diáconos. Hechos 14:23; 15:22;
1
Timoteo 3; Tito 1.
XIV.
El Bautismo Cristiano
Creemos
que las Escrituras enseñan que el bautismo cristiano es la
inmersión en agua de la que tenga fe en Cristo,1 hecha
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo;2 a
fin de proclamar, mediante bello emblema solemne esa fe en el Salvador
crucificado, sepultado y resucitado, y también el efecto de la misma
fe, a saber, la muerte al pecado y la resurrección a nueva vida
del fiel,3 y
que el bautismo es requisito previo para los privilegios de la relación
eclesiástica; v.g., la Cena del Señor.4
Nota:No
reconocemos como bautismo bíblico las inmersiones practicadas en
iglesias de diferente fe y orden, por la falta de autoridad eclesiástica
en su administración.
1.
Hechos 8:3~39. Dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué
impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Sí crees de todo corazón,
bien puedes . . . y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le
bautizó. Mateo 3:5, 6; Juan 3:22, 23; 4:1, 2; Mateo 28:19.
2.
Mateo 28:19. Bautizándoles en el nombre del Padre, y dcl Hijo, y
del Espíritu Santo. Hechos 10:47, 48; Gálatas 3:27, 28.
3.
Romanos 6:4. Porque somos sepultados juntamente con él para muerte
por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
vida nueva. Colosenses 2:12.
4
Hechos 2:41, 42. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados;
y se añadieron aquel día como tres mil personas.Y
perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión
unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Mateo 28:19,
20.
XV. La
Cena del Señor
Creemos
que las Escrituras enseñan que la Cena del Señor es cierta
provisión de pan y vino que representa el cuerpo y ¡a sangre
de Cristo, y que de ella participan los miembros de la iglesia reunidos
para el efecto,1 conmemorando
así la muerte de su Señor,-2 proclamando
la fe que le tienen, su participación en los merecimientos de su
sacrificio, su necesidad de que les suministre vida y nutrimento espirituales,3 y
su esperanza de la vida eterna en virtud de la resurrección
de Cristo de entre los muertos; y que debe proceder a su observancia el
examen detenido de sí propio por cada participante.4
1
Lucas 22:19, 20. Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió
y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced
esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo
cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre, que por vosotros se derrama. Marcos 14:20-26; Mateo 26:27-30; ¡
Corintios 11:27-30; 10:16.
2I
Corintios 11:26. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan,
y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta
que él venga. Mateo 28:20.
3Juan
6:35, 54, 56. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida. El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
41
Corintios 11:28. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo,
y coma así del pan, y beba de la copa.
XVI. El
Día del Señor
Creemos
que las Escrituras enseñan que es Día del Señor el
primero de la semana,1 y
que se le ha de consagrar a los fines religiosos,-’ absteniéndose
el cristiano de todo trabajo secular que no sea obra de misericordia y
necesidad;3 valiéndose
con devoción de todos los medios de gracia, privados y públicos,4 y
preparándose para el descanso que le queda al pueblo de Dios.
1Hechos
20:7. El primer día de la semana, reunidos los discípulos
para partir el pan, Pablo les enseñaba.
2
Éxodo 20:8.Acuérdate
del día de reposo para santificarlo. Apocalipsis 1:10. Yo estaba
en el Espíritu en el día del Señor. Salmo 118:24.
3Isaías
58:13, 14. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad
en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová;
y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu
voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás
en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra,
y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre. Isaías 56:2-8.
4
Hebreos 10:24, 25. No dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre.Hechos
13:44.El siguiente día de
reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de
Dios.
XVII. El
Gobierno Civil
Creemos
que las Escrituras enseñan que existe el gobierno civil por disposición
di??? loa, para los intereses y el buen orden de la sociedad humana;’ y
que por los magistrados debemos orar honrándoles en conciencia,
y obedeciéndoles.-’ salvo en cosas que sean opuestas a la voluntad
de nuestro Señor Jesucristo,1 único
Dueño de la conciencia y Príncipe de los reyes de la tierra.4
1
Romanos 13:1-7. No hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay,
por Dios han sido establecidas. . Los magistrados no están para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
2
Mateo 22:21. Dad, pues. a César lo que es de César, y a Dios
lo que es de Dios. Tito 3:1:1 Pedro 2:131 Timoteo 2:1-8.
:~
Hechos 5:29. Es oe~es~rio obedecer a Dios antes que a los hombres.
Mateo 10:28. No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no
pueden matar. Daniel 3:15-18: 6:7, 10; Hechos 4:18-20.
4
Mateo 23:10.Uno en vuestro Maestro,
el Cristo.Apocalipsis 19:16.Y
en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre:
REY
DE REYES Y SENOR DE SEÑORES.Salmo
72:11; Salmo 2: Romanos 14:9-12.
XVIII. Los
Justos y Los Impíos
Creemos
que las Escrituras enseñan que hay diferencia radical y esencial
entre los justos y los impíos,’ que en la estimación de Dios
no hay otros justos verdaderos aparte de los regenerados; éstos
bao sido justificados mediante la fe en Jesucristo, y santificados por
el Espíritu Divino; que, a los ojos de Dios, son impíos y
malditos cuan-tos sigan impenitentes e incrédulos;:’ y que es permanente
esta diferencia entre unos y otros al morir y después de la
muerte.4
1
Malaquías 3:18. Entonces os volveréis, y discerniréis
la diferencia entro el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el
que no le sirve. Proverbios 12:26; Isaías 5:20; Génesis 18:23;
Jeremías 15:19; Hechos 10:34 35; Romanos 6:16.
2
Romanos 1:17. El justo por la fe vivirá. 1 Juan 2:29. Sí
sabéis que él es justo, sabed también que todo el
que hace justicia es nacido de él. 1 Juan 3:7; Romanos 6:18, 22;
1 Corintios 11:32; Proverbios 11:31; 1 Pedro 4:17, 18.
3
1 Juan 5:19. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo
el maligno. Gálatas 3:10. Porque todos los que dependen de las obras
de la ley están bajo maldición. Juan 3:36; Isaías
57:12; 55:6, 7; Salmo 10:4.
4
Proverbios 14:32. Por su maldad será lanzado el impío; mas
el justo en su muerte tiene esperanza. Lucas 16:25. “Hijo, acuérdate
que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males;
pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.”
Juan 8:21-24: Proverbios 10:24; Lucas 12:4, 5; 11:23-26; Juan 12:25, 26;
Eclesiastés 3:17.
XIX. El
Mundo Venidero
Creemos
que el fin del mundo se acerca;1 que
en los postreros días Cristo aparecerá en los cielos,’ que
a su venida los santos que hayan muerto serán levantados de sus
tumbas, y los creyentes que aún vivan serán recogidos juntamente
con ellos para encontrarse con el Señor en el aire;: que los santos
serán juzgados de acuerdo con sus obras para recibir sus galardones;4 que
Cristo descenderá a la tierra con sus santos, personal y corporalmente;’
que Cristo reinará en paz sobre la tierra por mil años; E
que al final de los mil años los impíos que hayan muerto
serán levantados y destinados al “lago de fuego”;’ que los justos
entrarán a un eterno gozo con el Señor;’ que estos juicios
fijarán para siempre el estado final de los hombres en el cielo
o en el infierno, sobre los principios de la justicia.9
11 Pedro
4:7. El fin de todas las cosas se acerca. Hebreos 1:10-12. “Tú,
oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra
de tus manos. Ello, perecerán, mas tú permaneces.” 1 Corintios
7:29-31; Mateo 24:35.
2Hechos
1:11. “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo,
así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Apocalipsis
1:7. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá.
1 Tesalonicenses 5:1-11.Porque vosotros
sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá
así como ladrón en la noche. 1 Tesalonicenses 4:13-18.
3
1 Tesalonicenses 4:16, 17.Porque
el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir
al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Corintios 15:51-53. Porque se tocará la trompeta, y los muertos
serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
4
II Corintios 5:10. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos
ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que
haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. T Corintios
3:11-15. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó,
recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él
sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así corno por fuego.
5
Hechos 1:11. “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al
cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”Judas
14; Zacarías 14:4 e Isaías 2:14. No alzará espada
nación contra nación, ni se adiestrarán más
para la guerra. Apocalipsis 20:14. Y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios . . . y vivieron
y reinaron con Cristo mil años. Isaías 65:15-25.
7
Apocalipsis 20:5, 11-15. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta
que se cumplieron mil anos. Esta es la primera resurrección.
Y Vi gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es
el libro de la vida . . . Y el que no se halló inscrito en el libro
de la vida fue lanzado al lago de fuego.
5
Apocalipsis 7:15-17. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá
más sobre ellos, ni calor alguno. Apocalipsis 22:1-7. No habrá
allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara,
ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y
reinarán por los siglos de los siglos.
IITesalonicenses
1:6-12. Para dar retribución a los que no conocieron a Dios,
ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia
del Señor y de la gloria de su poder. Romanos 2:2-16. Pagará
a cada uno conforme a sus obras: vida crema a los que, perseverando en
bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los
que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino por obedecen a la
injusticia. Romanos 3:5, 6; Hebreos 6:1, 2.
Pacto
de una Iglesia
Teniendo
la convicción de haber sido inducidos por el Espíritu Santo
a aceptar al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, v habiendo
sido bautizados en virtud de nuestra profesión de fe, en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ahora, en la presencia
de Dios de los ángeles y de esta congregación, hacemos pacto
los unos con los otros, de la manera más solemne y gozosa, como
un cuerpo que somos en Cristo.
Prometemos,
con la ayuda del Espíritu Santo, andar juntos en amor cristiano
procurar el adelanto de esta iglesia en conocimientos, en santidad y bienestar:
promover su prosperidad y espiritualidad: sostener su culto, ordenanzas,
disciplina y doctrina; contribuir gustosamente y con regularidad al
sostenimiento del ministerio, los gastos de la iglesia, el auxilio de los
pobres y al extendimiento del evangelio en todas las naciones por métodos
en armonía con Hechos 11:22;
13:1-4;
14:25-28.
Prometemos
cultivar una devoción familiar y secreta; educar religiosamente
a nuestros niños; procurar la salvación de nuestros parientes,
de nuestras amistades y de toda la humanidad en general; andar con circunspección
en el mundo; ser justos en nuestras acciones, fieles en nuestros compromisos
e irreprochables ennuestra conducta;
evitar la chismografía, la difamación y el excesivo enojo;
abstenernos de la venta y el uso de las bebidas intoxicantes y ser
celosos en nuestros esfuerzos por el engrandecimiento del Reino de nuestro
Salvador.
Prometemos,
además, cuidarnos los unos a los otros en amor fraternal; recordarnos
mutuamente en la oración; ayudarnos unos a otros en las enfermedades
y en los infortunios; cultivar la simpatía cristiana en el sentimiento
y en la cortesía de la palabra; ser tardos para ofendernos y estar
prestos siempre para la reconciliación, abundando en los preceptos
de nuestro Salvador para obtenerla sin tardanza.
Prometemos,
finalmente, que cuando tengamos que cambiar nuestra residencia a otro lugar,
nos uniremos tan pronto como nos sea posible a otra iglesia, en donde
podamos continuar desarrollando el espíritu de este pacto y
los principios de la Palabra de Dios.