CAPITULO 3

UN Administrador PROPIO

Siempre que el asunto de inmersión extraña tiene que ver con la administración del bautismo, es justo que dediquemos el resto del presente libro a la historia de este asunto. Es un asunto de autoridad. 

¿Quién tiene el derecho de bautizar? ¿cualquiera? Cuando Dios estableció la ordenanza, definió el candidato, el acto, el designio. 

¿Definió también al administrador, o dejó esto abierto a cualquiera que deseara ejecutar la ordenanza? Hubiera sido un extraño proceder si El no hubiese provisto a la persona que iba a ejecutar el bautismo.

Sobre el cuarto elemento del bautismo son tan claras y explícitas las escrituras, como lo son en los otros tres elementos del bautismo. 

Vemos cómo fue enfatizado por Cristo cuando caminó cien kilómetros para ir a Juan, quien era enviado de Dios para bautizar. Otra vez Cristo lo había enfatizado cuando preguntó a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos, “El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, o de los hombres?” Mateo 21:25). Y de nuevo, en la gran comisión, la cual había dado, no a los ajenos, sino a los discípulos, quienes eran miembros de la Iglesia que El había ya instituido, está el mandamiento para bautizar. En ningún lugar en las escrituras hallamos un solo pasaje, donde alguien haya sido bautizado por cualquier otro que no hubiera recibido autoridad de Cristo mismo, o de la Iglesia que él edificó. Fue así en el día de Pentecostés; asimismo fue cuando Felipe bautizó al Eunuco; fue así cuando Pedro bautizó a Cornelio y a toda su casa; fue así cuando Pablo fue bautizado por Ananías. Si el Bautismo Extraño es correcto y propio, por tanto, ¿dónde encontramos en la Biblia alguna autoridad? No puede ser hallada. Dios es exactamente cuidadoso en poner límites al bautismo, como lo hizo al definir las especificaciones del tabernáculo, cuando El instruyó a Moisés. “Asegúrate de hacerlo conforme al modelo.” 

El bautismo escritural no únicamente debe ser administrado por uno que tenga autoridad divina, a menos que esa autoridad haya sido especialmente dada, como en el caso de Juan el Bautista, esa autoridad debe residir en una Iglesia Escritural. Dios pudiera escoger hombres hoy como escogió a Juan, y darles autoridad especifica para bautizar. Dios puede hacer cualquier cosa a menos que esa cosa sea contraria a Su naturaleza recta. Dios no puede equivocarse. Pero Dios puede elegir un hombre y darle una especial revelación. Dios puede elegir un hombre y decirle ve y bautiza. Mas no creemos que Dios haga eso hoy, y pensamos que sería presunción de parte de cualquier hombre pretender tal cosa. Jose Smith, fundador de la Iglesia Mormona lo pretendió, pero nadie, sino solamente un mormón, lo cree. 

Cristo edificó su Iglesia, le entregó las ordenanzas, y desde aquel día la autoridad para bautizar y para administrar la Cena del Señor reside en la Iglesia que Jesús edificó; no en algún sacerdote o predicador de la faz de la tierra, sino en la Iglesia. A menos que el bautismo de alguien tenga esa autoridad, no es bautismo escritural. 

Por tanto, tres preguntas se presentan aquí: 

I ¿Edificó Jesús una iglesia? 

II. ¿Cuándo la edificó? 

III. ¿Cuál es la Iglesia que Jesús edificó? 

Primera, ¿edificó Jesús una iglesia? En Mateo 16:18, Jesús dice: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” 

En toda la Biblia no hay un versículo que haya consolidado dentro de si más verdades divinas y fundamentales que este versículo. Aquí Cristo asimismo da: 

1. La Fundación de la Iglesia. 

2. El Edificador de la Iglesia. 

3. El Dueño de la Iglesia. 

4. El Triunfo de la Iglesia. 

Antes que discutamos estas cuatro verdades fundamentales, miremos ahora a la palabra iglesia misma. La palabra que Cristo usa, que es traducida iglesia en nuestra Biblia española, es la palabra Griega ecclesia, que significa una asamblea o congregación, (la raíz significa llamar fuera). Esta palabra se repite ciento catorce veces en el Nuevo Testamento, y siempre significa una congregación local, excepto cuando es usada en un sentido metafórico, refiriéndose a todos los redimidos de Dios en el cielo. Nunca es usada en sentido general o universal, excepto cuando es usada metafóricamente. 

Prueba de esto es hallada a través de todo el Nuevo Testamento. En Mateo 18:17, Jesús dice: “Si tu hermano pecare contra ti...dilo a la iglesia.” ¿Cómo podría uno decirlo a un cuerpo universal invisible, como algunos pretenden que es la iglesia? 

En todas las cartas de Pablo, sus escritos son dirigidos a iglesias individuales; a la Iglesia de Corinto; a la Iglesia de Efeso; a la Iglesia de Filipos, etc. El nunca habla a los creyentes de todas partes refiriéndose a ellos como la Iglesia. 

En Apocalipsis, el mensaje de Cristo es a las iglesias. Nunca se refiere a todos los cuerpos de creyentes llamándolos la iglesia. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Hay tres herejías condenables en la tierra, siendo proclamadas por escritores. oradores en los púlpitos, colegios y profesores de la universidad: la iglesia universal invisible, la paternidad universal de Dios, y la hermandad universal del hombre. No hay fundamento para ninguna de éstas en las escrituras. Cristo dijo a los Fariseos. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo,” (Juan 8:44).; Como podría Dios ser padre de ellos y el diablo también? 

Permítasenos ahora considerar las cuatro verdades fundamentales en la declaración de Cristo a Pedro cuando le dijo: “Que tú eres Petros, (una roca), y sobre esta Petra (una roca) edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). 

1.LA FUNDACION DE LA IGLESIA. 

Es significativo notar que cuando Cristo habla de la roca sobre la cual El edificó Su iglesia, usa la palabra Petra y no la palabra petros, la cual es el nombre que Cristo dio a Pedro. Petra es diferente género de petros. Esto Lógicamente elimina la pretensión de la Iglesia Católica Romana de que Cristo edificó Su iglesia sobre Pedro. 

Si Pedro no era la roca, cuál fue la roca sobre la cual edificó su iglesia? 

Pedro había justamente dicho, cuando preguntó el así “¿.Quién decís que soy?”...”Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Entonces, siempre que Cristo no edificó la iglesia sobre Pedro, El debe haberse referido a éste factor básico fundamental en el cual descansa el cristianismo: Que El era el Cristo el Hijo del Dios Viviente. 

2. EL EDIFICADOR DE LA IGLESIA. 

Este versículo de la escritura que Cristo emitió, da también el edificador de la iglesia. Cristo dijo: “Yo edificaré mi iglesia.” Cristo mismo la edificó. No es una institución humana, sino una institución divina. Otros, tanto hombres como mujeres han edificado seudo-iglesias. 

Sus nombres son recordados en la historia: Lutero, Calvino, Enrique VIII, Wesley, José Smith, Alejandro Campbell, Señora Eddy, Rutherford, y muchos otros. Todos ellos fundaron instituciones hechas por hombres. 

Pero hay únicamente una iglesia, y únicamente una que Cristo edificó. 

3. EL DUEÑO DE LA IGLESIA 

Jesús la Ilamó mi iglesia (Griega iglesia de mi). ¡Relación íntima! Mirando hacia el futuro a través de los siglos, él vio la confusión en la multiplicación de seudo-iglesias, iglesias falsas. iglesias espurias, iglesias hechas por hombres. Por tanto, él enfatiza la íntima relación, Ilamándola la iglesia de mi. Era material tosco el que Juan el Bautista unió para El, y con el cual El construyó Su iglesia: Mateo el publicano, Pedro el blasfemo, Juan y Jacobo, hijos del trueno, Judas el traidor, Tomás el incrédulo. Pero con éstos edificó Su iglesia, y todos los que somos miembros de la iglesia que Cristo edificó somos de la misma confraternidad. Ellos fueron hombres de las mismas pasiones que nosotros, y nosotros somos honrados al ser miembros de esa compañía. 

4. EL TRIUNFO DE LA IGLESIA. 

“Las puertas del infierno no, prevalecerán contra ella,” dice Jesús. La Iglesia que Jesús edificó no era un cuerpo inerte, débil, temporario, hecho por humanos, como para que cesara de existir durante los siglos de obscurantismo, como algunos de nuestros seudo-historiadores que tienen rodillas débiles parecen alegrarse de tal afirmación; sino una iglesia militante, victoriosa, que era para vencer toda oposición, y llegará triunfante hasta el fin del tiempo. Baste decir en este punto, que nunca durante las veinte centurias que han pasado, ha dejado esta iglesia de existir, y nunca hasta el fin del tiempo dejará de existir, según la palabra de nuestro Señor quien la fundó y habló y habló de ella como la iglesia de mi.

II. ¿Cuándo edificó su Iglesia? 

Hay quienes afirman que El la edificó en el día de Pentecostés. El la edificó mucho antes de esto. Los que fueron convertidos en el día de Pentecostés, fueron añadidos a la iglesia. ¿Cómo pudieron ser añadidos a alguna cosa que no tenía existencia? 

En Mateo 16:18, Jesús dice, “Edificaré mi iglesia” En Mateo 18:17, Jesús dice: “Si tu hermano pecare contra ti,...dilo a la iglesia.” Por tanto, cuando nosotros venimos al capitulo diez y ocho, la iglesia que El edificaría en el capítulo diez y seis ya está en existencia, porque uno no puede decir alguna cosa a la iglesia si la iglesia no existe. Por tanto, es inescapable la conclusión de que en el tiempo que media entre los eventos del capítulo diez y seis y diez y ocho de Mateo, Jesús edificó su Iglesia. 

Vamos a considerar la tercera pregunta: 

III. ¿QUE y CUAL es la Iglesia que Jesús edificó? 

Esta es una gran pregunta. Hay quienes sostienen que cuando Cristo dijo: “Edificaré mi iglesia,” no estaba hablando de la local y visible, sino de la iglesia universal e invisible, compuesta de todos los creyentes. Tal interpretación es imposible. Si tal cosa fuese enseñada en las escrituras, ¿cómo la iglesia universal e invisible, podía haber sido edificada centurias antes de ésta, o qué de los caracteres del Antiguo Testamento, Enoc, Abraham, Jacob, David, los profetas? ¿No estaban estos en ella? ¿Cómo podría uno decidir sus agravios en una asamblea universal e invisible que nunca ha sido congregada? No. Claramente, Cristo estuvo hablando de la asamblea o congregación local y visible. Si hay un cuerpo como la iglesia universal e invisible, ésta nunca será congregada, y nunca se reunirá hasta que los redimidos lleguen al hogar celestial. Otra vez repetimos, la palabra iglesia nunca es usada en este sentido, excepto metafóricamente. 

Para tener la posición correcta sobre la pregunta del Bautismo Extraño es necesario que tengamos la posición correcta sobre el asunto de la iglesia. La confusión sobre este asunto de la autoridad para bautizar resulta del pensamiento nebuloso y erróneo sobre la iglesia. Por tanto, delineamos en este punto, algunas proposiciones, que pensamos, harán clara la pregunta de la iglesia. 

PRIMERA PROPOSICION

Cuando Cristo estuvo en la tierra, El instituyó una iglesia visible, organizada, con oficiales, con autoridad para recibir y excluir miembros. 

“Sobre esta piedra edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18). 

“Si tu hermano no oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano” (Mateo 18:17). 

Muchos cometen el error de confundir la iglesia y el reino. Los Santos, como ellos así mismo se llaman, o iglesia de Dios, no tienen registro de los miembros, ni organización. Los seguidores de Alejandro Campbell insisten que cuando una persona es salva, está en la iglesia sin voto de la iglesia. Los puntos de vista de los Santos y de los seguidores de Campbell muestran ambos confusión de mente sobre este asunto. Una persona puede ser salva y no estar en la iglesia visible, y una persona puede estar en la iglesia visible y no ser salva. Nosotros debemos distinguir entre el reino y la iglesia visible. Otra vez repetimos la proposición, que cuando Cristo estuvo en la tierra, El instituyó una iglesia visible, organizada, con oficiales, con autoridad de poder recibir y excluir miembros. 

SEGUNDA PROPOSICION

Cristo dio a su Iglesia visible las ordenanzas para administrarlas y para guardarlas hasta que El venga otra vez. 

Notad que hay dos cosas que la iglesia tiene que hacer; administrar guardar las ordenanzas. Estas dos ordenanzas son bautismo y la Cena del Señor. La iglesia es para guardarlas, y no cambiarlas: “Retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé (1 Cor. 11:2). La Iglesia debe administrarlas, nadie más. La iglesia tiene la autoridad, nadie más. 

Si alguien más las administra, actúa sin autoridad. Cambiarlas es destruirlas. Esta iglesia visible que Cristo instituyó es para administrarlas y preservarlas.

TERCERA PROPOSICION

Esta iglesia visible que Cristo estableció, ha existido a través de los siglos, está en el mundo hoy, y continuará hasta que Jesús venga. 

Miremos otra vez en Mateo 16: 18, “Sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas dei hades no prevalecerán contra ella.” Cristo dice que El la edificará, que es su Iglesia, y que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, eso quiere decir, que existirá a través de los siglos. No es necesario trazar la continuidad de la iglesia. Las palabras de Cristo son suficientes para probar este punto. El dice que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, y el cielo y la tierra pasarán, pero Su palabra no pasará. 

Entonces, ahora tenemos las tres proposiciones ante nosotros: 

I. Cristo instituyó una iglesia visible. 

II. El dio a ésta iglesia las ordenanzas para administrarlas y 

guardarlas. 

III. Esta iglesia está en el mundo hoy. 

Por tanto, la pregunta es: 

¿Cuál de las muchas iglesias así llamadas en el mundo actualmente, es la iglesia que Cristo instituyó cuando El estuvo sobre la tierra? 

Hay muchas seudo-iglesias. Hoy más que ayer, y serán más mañana que hoy. Todas no son la iglesia que Cristo instituyó. ¿Cuál es? Por dos métodos de prueba podemos llegar a la correcta contestación de esta pregunta. 

PRIMER METODO DE PRUEBA

El primer método de prueba es el método de eliminación histórica. 

Cualquiera iglesia cuyo origen se halla en el tiempo medioeval o tiempo moderno, no es la iglesia que Cristo instituyó, por la sencilla razón de que no existió cuando Cristo instituyó Su iglesia, y no tuvo existencia por mucho tiempo después. Aquí están los nombres de algunas de ellas, mostrando su origen humano y fecha de su nacimiento. 

NOMBRE AUTORFECHA 

Ciencia Cristiana Sra. Eddy 1879

Mormones José Smith 1830 

Discípulos Alejandro Campbell 1827 

Metodistas Los Wesley 1730 

Episcopales Enrique VIII 1533 

Presbiterianos Juan Calvino 1532 

Luteranos Martín Lutero 1521 

Estas son las principales, y así mismo podríamos hacer con otras, si tuviéramos tiempo y espacio. 

Ahora, por este método de eliminación histórica, hemos removido todas las que pretenden ser la iglesia que Cristo instituyó, menos dos, y estas dos son los Bautistas y los Católicos Romanos. Ambas son más remotas en la historia u están nebulosas durante la edad del obscurantismo. 

En el año 200 D.C., 130 años después de la muerte de Pablo, cuando muchos que casi fueron contemporáneos de Pablo vivían, hallamos, según los historiadores, que ]os Anabaptistas y sectas heréticas que más tarde fueron a formar la Iglesia Católica Romana, estaban discutiendo acerca del bautismo. No era el modo, del bautismo el punto de controversia. Los que se oponían a los Anabaptistas, sumergían como los Anabaptistas. La controversia surgió porque los Anabaptistas no aceptaban como válida la inmersión administrada por esas sectas heréticas diciendo que no tenían autoridad para bautizar, e insistieron en bautizar por segunda vez a todos los que vinieran a ellos de esas sectas heréticas. Entonces las sectas heréticas se enojaron, y los apodaron Anabaptistas (re-bautizadores) y convocaron algunos concilios acerca de la materia. 

Permítaseme citar algunas declaraciones históricas en corroboración de esto. Cito primeramente una declaración de Ignacio, uno de los padres apostólicos, y probablemente un contemporáneo de Juan y Pablo: 

“No es lícito sin el obispo (pastor) querer bautizar o celebrar una fiesta de amor; mas, cualquier cosa de estas la aprobará él, si es también agradable a Dios, de manera que todo cuanto sea hecho sea agradable y válido” Ante-Nicean Fathers, Volumen 1, Pág. 90. 

Ahora escuchen a Tertuliano, 200 D. C. 

“Hay para nosotros un bautismo y solamente un bautismo. Un Dios, un bautismo. una iglesia en los cielos. Pero debe ser admitido que la cuestión de cuáles reglas deben ser observadas en relación a los heréticos, es digna de ser tratada. Los heréticos no tienen confraternidad en nuestra disciplina. Su bautismo no es uno con el nuestro, porque no es el mismo; un bautismo que siempre que ellos no lo tienen debidamente, sin duda no lo tienen de modo alguno. No es posible tenerse en cuenta lo que ellos no tienen” Anti-Nicean Fathers, Volumen 111. Pág. 676. 

Neander, otro historiador, hablando acerca de cómo las iglesias formadas por Pablo estuvieron unidas contra la inmersión ajena, dice: 

“Fue un obispo romano, Estefano, quién, instigado por el espíritu de la arrogancia eclesiástica, emitió una sentencia de expulsión contra los pastores de Asia Menor, Capadocia, Galacia. y Cilicia, estigmatizándolos como anabaptistas; nombre que no obstante, pudieron ellos justamente afirmar, no merecían por sus principios; porque no era su deseo administrar un segundo bautismo, sino que disputaban que el previo bautismo dado por los herejes (otras sectas) no podía ser reconocido como un verdadero bautismo” Neander. Volumen, Pág. 318-319. 

Lo precitado es dado para mostrar que ya en el año 200 D. C., hubo una controversia entre los Bautistas y las sectas heréticas, acerca de quién tiene derecho para administrar el bautismo. De cual estaba en lo cierto, no nos aventuramos decidir. Eso sería divagar. Mas nosotros probamos al menos nuestro punto, que ambos cuerpos cristianos son remotos, y se pierden en el período, de obscurantismo de la historia primitiva. 

En este punto, entonces, está nuestro dilema. Históricamente hemos eliminado todas las iglesias, excepto dos que pretenden ser la iglesia que Cristo estableció; pero tenemos dos contendientes que quedan, los Bautistas y los Católicos. Ambos pretenden ser la iglesia que Cristo instituyó, ambos tienen historia en la edad del obscurantismo. 

¿Cómo debemos decidir entre estas dos? 

Segundo Método de Prueba

Por tanto, el segundo método de prueba es el proceso de identificación. Debemos comparar estos dos cuerpos religiosos, los Bautistas y los Católicos, con la iglesia que Cristo instituyó. La que sea idéntica con la iglesia en organización y doctrina, ésta es la iglesia que El instituyó, y ésta es la iglesia que tiene el derecho de administrar las ordenanzas. 

Por tanto, veamos la iglesia de Jerusalén, como un ejemplo de la iglesia que Jesús instituyó, notemos sus características y comparémoslas con las características de los Bautistas y los católicos. 

Características de la Iglesia de Jerusalén. 

I. Una iglesia del Espíritu Santo. 

“Y como se cumplieron los días de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos; y de repente vino un estruendo del cielo y fueron todos llenos del Espíritu Santo...Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas” (Hechos 2: 1-4, 41). 

Vemos, por tanto, que la Iglesia de Jerusalén era una iglesia que dependía del Espíritu Santo para preparar personas para ser miembros de ella. Es lo mismo en una iglesia Bautista. En una iglesia Bautista debe haber una experiencia de religión en el corazón, a través de la obra del Espíritu Santo. En la Iglesia Católica los miembros son admitidos en su infancia y confirmados cuando han llegado a la edad de responsabilidad. 

II. Una Iglesia donde solamente los creyentes son bautizados. 

La segunda característica de la Iglesia de Jerusalén, es que solamente los creyentes son bautizados. 

“Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados,” (Hechos 2:41). 

No se registra aquí, ni en ningún otro lugar de la Biblia, dónde fuese el bautismo administrado a alguien que no fuese creyente. Felipe dijo al eunuco, “Si crees de todo corazón, bien puedes (ser bautizado).” Asimismo es con la Iglesia Bautista. La Iglesia Católica, está constituida todavía por casi todos los que fueron bautizados en su infancia, para cuya práctica no hay base escritural. 

III. El Bautismo era Administrado por Inmersión Solamente.

Una tercera característica de la Iglesia de Jerusalén es que el bautismo era administrado únicamente por inmersión. Esto no necesita argumentos. Todos los eruditos lo admiten. 

Los Católicos admiten que ellos cambiaron la ordenanza del bautismo en la cuarta centuria, porque la aspersión es más conveniente Cito “The Faith of our Fathers (La Fe de Nuestros Padres), pág. 316-3]7, que es de autoridad Católica: 

“Por varios siglos después del establecimiento del cristianismo el bautismo era usualmente conferido por inmersión. Pero desde la décima segunda centuria el bautismo por aspersión prevalece en la Iglesia Católica. El bautismo es el medio esencial establecido para lavar la mancha del pecado original, y la puerta por el cual somos admitidos en la iglesia. De aquí que el bautismo es esencial tanto para el infante como para el adulto. Los infantes no bautizados son excluidos del reino de los cielos. El bautismo nos hace herederos del cielo y co-herederos con Jesucristo.” 

Juan Wesley en su comentario sobre Romanos 6:4, donde Pablo dice: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,” dice: “Esto se refiere al modo antiguo del bautismo, el cual era por inmersión.” Así dicen todos los eruditos. Por tanto, esta característica es como la de una iglesia Bautista, y no como la de una iglesia Católica. 

IV. Solamente los Creyentes Bautizados tomaron la Cena del Señor

La cuarta característica de la Iglesia de Jerusalén, es que únicamente los creyentes bautizados vinieron a la Cena del Señor. 

“Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y ellos (los que habían creído y habían sido bautizados) perseveraban en...el partimiento del pan en las casas.” Esta característica de la Iglesia de Jerusalén es idéntica a la enseñanza de una iglesia Bautista. Una de las más importantes proposiciones de la fe Bautista, siempre ha sido que únicamente los bautizados escrituralmente pueden venir a la Cena del Señor. Por amor de Cristo ellos han permanecido en esta verdad escritural, aunque por hacer esto son mal entendidos y son llamados egoístas y estrictos por otras denominaciones.

V. La Iglesia de Jerusalén era una Democracia Pura. 

La quinta característica de la iglesia de Jerusalén es que había una democracia pura. No hubo una autoridad eclesiástica sobre ellos, ningún papa, ningún obispo. La palabra obispo en la Biblia está usada alternativamente con las palabras anciano y pastor. I Pedro, 2:25; Tito 1:7: I Tim. 3:1-7: Fil. 1:1. La Iglesia de Jerusalén eligió sus mismos oficiales, Ilamaba a sus propios pastores, ancianos u obispos, como variadamente se les denominaba teniendo un miembro tanta autoridad como el otro. Así ha sido siempre en una Iglesia Bautista no en la iglesia Católica. 

Por tanto, entre estos dos pretensos, sacamos estas conclusiones: 

I.Que la iglesia visible que Cristo instituyó era una iglesia Bautista. 

II.Que ha existido a través de los siglos, y está en el mundo hoy. 

III.Que a ella fueron dadas las ordenanzas para guardarlas, y solamente a ella. 

IV.Que otros que presumen comenzar iglesias y administrar las ordenanzas lo hacen sin autoridad divina. 

Es nuestra firme convicción, independientemente de cuanta verdad y error residan en las organizaciones, que José Smith tiene tanto derecho de instituir una iglesia como Alejandro Campbell, Juan Wesley, Enrique VIII, Sra. Eddy o Martin Lutero. Lo que nosotros discutimos es que ninguno de ellos tuvo derecho. La afirmación de Campbell de que hasta que comenzó la reforma, la línea de sucesión estaba con los Bautistas, era verdad y aún es verdad. En ellos siempre ha descansado, como los historiadores citados afirman, y todavía descansa, la auturidad para bautizar y celebrar la Cena del Señor. Por tanto, la inmersión de un creyente en agua no servirá como definición del bautismo, así como tomar pan y vino en casa no constituye la celebración de la Cena del Señor. El bautismo y la Cena del Señor, debe ser administrado por la debida autoridad, para que sea bautismo y para que sea Cena del Señor. 

Los Anabaptistas estaban correctos; y los modernos Bautistas leche y agua, que continuamente publican definiciones que omiten el asunto de la autoridad, están errados. Todas las verdades de la escritura, verdades corroboradas por los hechos de la historia, muestran que Cristo instituyó una iglesia visible, le dio las ordenanzas; que esta iglesia ha existido a través de los siglos; que era una Iglesia Bautista; que imperfecta como era al principio, e imperfecta como es hoy, igual que los vasos de barro que llevamos a la fuente sirven para traer el agua dadora de vida, aunque imperfecta como era, esta organización imperfecta ha guardado y conservado las ordenanzas y las doctrinas, y las transmitió a la posteridad, a pesar de la apostasía de Roma, a pesar de las persecuciones, a pesar de todas las fuerzas del diablo; y continuará haciendo esto hasta que Jesús venga. 

Ahora, si usted, mi lector, después de un cuidadoso estudio del asunto con estas verdades al frente, abandonando todo prejuicio, cree, debe unirse a una Iglesia Bautista y recibir el bautismo Bautista, dado que previamente has creído en la salvación de tu alma. Si usted no cree, entonces debe buscar la iglesia que Cristo estableció, y unirse a esa iglesia. Y no se contente con nada distinto a esto. 

“Mi Señor, Yo encontré que nada más haré 

Sino seguirte donde tú me guíes, sentado a tus pies, 

Y cuando no te halle, correré todavía a encontrarte. 

Las rosas son sin perfume, las mañanas sin esperanza, 

El descanso no es sino trabajo, la risa espinas ruidosas, 

Si tú la verdad, no las haces verdaderas. 

Tú eres mi vida. ;Oh Cristo, y nada más haré!