PREFACIO DE LA EDICION ESPAÑOLA
AI pueblo de
México, y la gente de habla española, y de todo el mundo: Salud.
Por medio del mismo
laborioso sacrificio del hermano, M.L. Moser, Jr., estoy ofreciéndoles una
traducción de mi libro Los Bautismos Extraños y los Bautistas. Este libro traza
la historia de los Bautistas (llamados Anabaptistas porque bautizaron a todos los
que vinieron a ellos de las sectas heréticas, porque pretendieron que estas
sectas no tenían la autoridad escritural para bautizar) de 200 años después de
Cristo hasta los establecimientos de los Anabaptistas en los salvajes campos de
Georgia y las soledades de Kentucky cerca del año 1773.
La edición actual
en inglés es de diez mil libros, y ya ha sido publicado en Portugués en Brasil.
La necesidad para este libro es más grande ahora que cuando fue publicado
primero. Ciento cincuenta años pasados un defensor de la inmersión extraña no
habría sido elegible para ser miembro de cualquier Iglesia Bautista en América.
Pero los tiempos han cambiado. Un poco más tarde, el Dr. Guillermo Whitsitt de
Tennessee habló de la inmersión Extraña en las Iglesias Bautistas como una
innovación peligrosa, y el Dr. S. H. Cone, Pastor de la Primera Iglesia
Bautista de la ciudad de Nueva York, escribió en 1845:
“Que ahora hay
muchos pastores e Iglesias opuestas a mis puntos de vista (contra ia inmersión
extraña) penosamente lo sé, pero todo esto no me convence que nuestros padres
fueron incorrectos en este asunto. Yo tendría que ser hecho otra vez, antes que
declare ser el bautismo válido cuando ni el administrador ni aquellos que lo
ordenaron creyeron en la inmersión de los creyentes como una parte de la
comisión, y nunca se sometieron a él ellos mismos en obediencia al mandamiento
al Rey de Sión.”
La posición
histórica Bautista por más de mil novecientos años ha sido que el bautismo y la
Cena del Señor son ordenanzas de la Iglesia, y cualquier Ilamado bautismo
administrado por otro, sin la autoridad de una Iglesia Bautista es extraño e
inescritural. Este principio lo defendieron nuestros antecesores, los
Anabaptistas a través de los siglos, y por éi millones sufrieron la muerte de
los mártires.
Recientemente, esta
posición histórica ha sido notoriamente violada. En el Estado de Virginia, el
periódico Bautista Ilamado así, abiertamente aboga por la inmersión extraña o
ajena. Hace poco en la Convención Bautista de ese Estado, un Pastor dijo que
hay siete iglesias en su Asociación que aceptan la inmersión Extraña y la
membresía abierta. La membresía abierta inevitablemente sigue a la inmersión
ajena. En Kansas City, el Pastor de una Iglesia Bautista, así Ilamada, está
distribuyendo un tratado intitulado ‘Por qué Creo en la Inmersión Ajena.” En
Brasil, uno de los misioneros bajo nombramiento de nuestra Junta de Misiones
Foráneas de la Convención Bautista de Sur, ha estado abiertamente abogando por
la inmersión ajena, en el “O Jornal Batista,” el periódico Bautista oficial.
Mientras tenía
licencia ese misionero, fue honrado como Profesor del Nuevo Testamento del
Seminario Bautista de Louisville en la instrucción de nuestros jóvenes
predicadores.
Entonces debemos
tomar una decisión. Sostendremos la escritural posición histórica de los
Bautistas, que el bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas de la Iglesia? o
rechazaremos esa posición y abrimos las puertas de nuestras iglesias a zutano,
fulano y mengano que pretende el derecho divino para administrar las
ordenanzas?
Nos regocija que
algunas regiones Bautistas estén excitadas con esta situación alarmante. Las
Convenciones Bautistas de los Estados de Arkansas y Oklahoma han aceptado
fuertes resoluciones negando membresía en estos cuerpos a los mensajeros de
cualquier iglesia que acepten el bautismo extraño.
Es la esperanza
ardiente del autor que la traducción de este libro al español fortificará las
iglesias de México y de otros países hispanoamericanos, contra esta peligrosa
innovación que es destructiva de la fe Bautista, donde quiera pone el pie.
“Conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres.”
Fraternalmente
vuestro en Cristo,
W. M. NEVINS