CAPITULO 9
El Camino de Sangre, o
Martires Bautistas en
Cada Siglo Desde Cristo
La historia de los bautistas puede
ser trazada en sangre a través de las edades medias del pasado. Hombres y
muje~s han dado sus vidas por las doctrinas y prácticas bautistas. El ¿amino de
105 bautistas ha sido un camino de sangre.
Primer Siglo
Juan el Bautista fue el primer mártir
bautista. Por predicar fielmente la verdad el primer predicador bautista llegó
a ser el primer mártir cristiano. En Mateo 14:1-12 leemos que él fue decapitado
por orden del Rey Herodes.
Estéban fue apedreado a muerte por
predicar las doctrinas sostenidas por los bautistas. En Hechos 7:59, 60 leemos
que mientras mona oraba por sus perseguidores.
Los apóstoles todos murieron como
mártires, excepto Juan, quien fue desterrado a una isla solitaria, donde
escribió el Libro del Apocalipsis (la Revelación).
Segundo Siglo
Orchard, Tomo 1, página 163 (antigua
edición), dice:
“La Ciudad de Lyon fue una vez más
visitada con la venganza del emperador. Severo trató a los cristianos de esta
ciudad con gran cruel-dad. Tal fue el exceso de la barbarie, que los ríos
estaban enrojecidos con sangre humana, y los lugares públicos de la ciudad
estaban llenos de cadáveres de creyentes.”
Muchas otras referencias de cruel
persecución podrían citarse; pero el propósito de este capítulo es dar
solamente breves ejemplos de la manera en que nuestros padres sufrieron en cada
siglo.
Tercer Siglo
La Historia de Jones, página 145,
dice:
“Después que Perpetua había entrado
al teatro entre las bestias salvajes, cantando alabanzas a Dios, su ejecución
es reportada de la siguiente manera. Perpetua y Felícita fueron primeramente
encerradas en una red y luego expuestas ante una vaca salvaje. Pero esto
sobrecogió a los espectadores de horror, porque la primera era una mujer
delicada. y los pechos de la otra estaban manando leche porque acababa de dar a
luz. Por lo tanto fueron retiradas, para luego ser expuestas en vestido flojo
corriente. Perpetua fue embestida primeramente, y habiendo sido tirada al suelo
por la bestia tuvo la presencia de ánimo suficiente para componer su vestido
mientras yacía tendida en el suelo.
Entonces levantándose y viendo a Felícita mucho más quebrantada que ella
misma, le dió su mano y le ayudó a levantarse; y por algún tiempo ambas ‘se
pararon juntas cerca del portón del anfiteatro. Allá Perpetua mandó llamar a su
hermano, y le exhortó a que continuara firme en la fe, que amara a sus
companeros cristianos, y que no se desanímara por los sufrimientos de
ella. Estando en una condición
desgarrada, fueron trasladadas al lugar usual de ejecución para ser rematadas
con una espada; pero la gentuza pidió que fueran llevadas a otra parte para
poder ver con más ventaja la ejecución. Las dos se levantaron voluntariamente
para ir allá, y habiéndose dado la una a la otra el beso de amor cristiano,
tranquilamente se resignaron a su suerte.
¿Cuántas mujeres bautistas de hov día
sufrirían v morirían dc esta manera por sus principios? Sin duda. hay muchas.
Cuarto Siglo
Copiamos de Mártires Bautistas,
página 14:
‘Cuando Constantino y Licinio primero
llegaron al poder (312 D.C.~ dieron igual tolerancia religiosa a todos sus
súbditos. Pero el intento de concluir con la controversia en Africa del Norte,
entre los católicos y los donatistas, por medio de la intervención imperial
(316 D.C.), constítuyó una desviación de esta protección imparcial e igualdad
ante la ley; y desde ese momento fatal comenzó la persecución bajo el nombre
cristiano.”
Orchard, Tomo 1, página 187 (antigua
edición) dice:
“La disputa entre los donatistas y
los católicos llegó al punto más grave cuando Constantino fue investido con el
poder imperial, 314 D.C. El partido católico solicitó el servicio del
emperador, que en contestación escogió una comisión para escuchar a los dos
lados. pero este medio no fue satisfactorio, y él entonces condescendió a oír
los partidos él mismo; no obstante sus mejores esfuerzos no pudieron lograr una
reconciliación. El interés que Constantino mostró en la disputa hizo que los
donatistas preguntaran: ¿Qué tiene que
ver el emperador con la Iglesia? ¿Qué tienen que ver los cristianoS con los
reyes? ¿Qué tienen que ver los obispos con las cortes? Constantino, viendo que
su autoridad había sido puesta en duda y rechazada por estoS bautistas, prestó
su atención a los obispos y a la Corte y privó a los donatistas de sus
iglesias. Esta persecución fue la primera llevada a cabo bajo el respaldo de un
cristiano. El Emperador Constantino fue a tal extremo que hasta sometió a
algsmos de los donatistas a la muerte.” ~éase tambíin Orchard, Church History,
página IB.>
No’tese que los donatistas eran lo
que ahora llamamos Bautistas Misioneros. Fueron apodados “donatistas” por sus
enemigos, pero creían y practicaban lo que los bautistas creen y practican
ahora.
La Iglesia Católic~Romana estaba, en
los aíllos 251-600 D.C., en su período formativo. No nació de tamalio completo.
Lo que ahora es la iglesia católica es el resultado de un crecimiento, una
tendencia, comenzando en 251 D.C., cuando primeramente comenzaron a centralizar
el poder en las manos de unos pocos, y continuando así hasta 610 D.C., cuando
Bonifacio III fue constituido Obispo Universal, o Papa. Desde el tiempo en que
los católicos se separaron de los bautistas comenzó la persecución por parte
de aquellos.
Quinto Siglo
Tomamos lo siguiente de Orchard, Tomo
1, página 61:
“El partido católico, ahora
acumulando poder, vió en el hecho del rebautismo de las otras iglesias una
renunciación virtual del bautismo que ellos habían conferido a aquellos que se
pasaban al otro partido... como resultado un espíritu de persecución fue
levantado en contra de todos aquellos que rabautizaban católicos. En el Cuarto
Concilio Lateranense, cánones fueron hechos para proscribir (o desterrar) a
aquellos como herejes. Estos cánones fueron respaldados por un edicto en 413
D.C. emitido por los emperadores, Teodosio y Honorio, en el que se declaraba
que toda persona rebautizada, y los rebautizadores’, deberían ser ambos
castigados con la muerte. Por
consiguiente Albano, un ministro celoso, con otros, fue castigado con la muerte
‘por rebautizar.’”
¿Qué tal parece que hoy fuera digno
de castigo con la muerte el hecho de que los bautistas bauticen a quienes han
sido bautizados por otros? Una cosa es segura: los que están dispuestos a
recibir el bautismo de cualquiera, no sufrirían. Y otra cosa también es cierta:
que éstos se han apartado de una
práctica por la cual los bautistas antiguos estaban dispuestos a morir.
Sexto Siglo
Orchard, Tomo 1, página 101 (antigua
edición), dice:
“El Papa les’ escribió a dos obispos
africanos, requiriéndoles que se esforzaran todo lo posible por repritrsír a
los donatistas.”
Bajo esta instrucción los bautistas
sufrieron terriblemente, aunque ningún ejemplo concreto está documentado que
valga la pena reproducir aquí.
Séptimo Siglo
Copiamos lo siguiente de Orchard,
Tomo 1 página 134:
“Un oficial griego llamado Simeón,
armado con autoridad militar v legal, apareció en Coronea para herir al pastor
Silvano, y a reclamar, de ser posible, las ovejas perdidas. Con crueldad
refinada, este ministro de la justicia colocó al infortunado Silvano frente a
una fila de sus discípulos, a quienes ordenó como precio de su perdón y prueba
de su penitencia, que mataran a pedradas a su padre espiritual. El afectuoso
rebano se volvió a un lado de esa tarea impía. dejaron caer las piedras de sus
manos filiales, y de todo el grupo sólo un ejecutador se pudo encontrar. Este
apóstata, Justo, después de someter a muerte a Silvano. de alguna manera ganó
admisión a la comunión, y de nuevo engañó 5; traicionó a su hermandad confiada
y cuantos fueron traidoramente indagados y pudieron ser apresados fueron
colocados en masa en un inmenso montón, y por orden del emperador, consurnidos
por el fuego hasta convertirte en cenizas.”
-
Octavo Siglo
Orchard, página 135:
“De la sangre y cenizas de las
primeras víctimas pauliciartas (bautistas), una sucesión de maestros y
congregaciones se levantaron repetidamente. Los griegos, para dominarlos,
hicieron uso tanto de argumentos como también de armas, con todo el terror de
las ]eyes penales, pero infructuosamente. El gran instrumento que ellos usaron,
no fue la espada como lo hicieron los católicos, sino el solo uso del Nuevo
Testamento.”
Los bautistas del octavo siglo
tomaban el Nuevo Testamento como su única regla de fe y práctica y sufrían por
ello.
Noveno Siglo
Orchard, página 137:
“La persecución más severa sufrida
por ellos fue fomentada por la Emperatriz Teodora, 845 D.C. Sus decretos eran
severos, pero la crueldad con que fueron ejecutados por sus oficiales fue
indeciblemente horrible. Las montañas y
colloas estaban llenas de habitantes
Los inquisidores sanguinarios exploraron las ciudades y montañas de Asia
Menor. Después de confiscar los bienes y propiedades de cien mil personas,
éstas fueron sometidas a muerte de la manera más bárbara, haciéndoles expirar
lentamente bajo las más exquisitas y variadas torturas.”
Los bautistas deben haber sido
numerosos en el noveno siclo va que cíen mil de ellos fueron sometidos a muerte
bajo el reino de esa emperatriz malévola.
Décimo Siglo
Orchard, Tomo 1, página 298 (antigua
edición):
“Durante los reinados de los Godos y
Lombardos, los bautistas, o como eran llamados por los católicos, anabautistas,
tenían su parte de psopiedades de iglesias y bautisterios en estas provincias,
aunque no tenían comunión alg~ una con Roma, Milán, Aquileya, Rávena, u otra
jerarquía alguna. Pero las leyes de los emperadores les privó de sus edificios,
y los transfirió al partido eatólico.’
Décim~Prier Siglo -~
Orchard, página 147:
“Después de la ruina de estos reinos
(los Godos y Lombardos), el emperador decretó leyes para privarles de sus
iglesias bautismales y asegurárselas al clero católico. Los hermanos se vieron
obligados, pues, a adorar en casas particulares, y bajo distintos nombres.”
Nota: Después
de haber sido echados de sus casas de reunión adoraban en casas particulares bajo distintos
nombres.” Esto da ocasión para comentar
que los bautistas nunca han tenido un nombre uniforme. Los bautistas de hoy,
creyendo y practicando en esencia la misma cosa, son llamados por varios
nombres. Hay por ejemplo los Bautistas Linderistas, los Bautistas Regulares,
los Bautistas Misioneros, los Bautistas de Misiones Evangélicas, los Bautistas
Unidos, etc. Y aun así son todos una y la misma clase de bautistas Así también
en el pasado fueron llamados valdenses, novacianos, petro-brusianos~
paulicianos, ana-bautistas, etc.; pero de todas maneras eran una y la misma
gente. Lo que seremos llamados en el futuro nadie lo sabe.
Déciino~Segundo Siglo
Mártires Bautistas, página 40:
“Como en el ano 1137 D.C. apareció en
Italia un reformador quien demostró ser un oponente poderoso a la Iglesia de
Roma. En valor y celo no era inferior a ningún otro que llevara ese titulo, a
la vez que en letras y talento sobresalía todavía más. Este era Arnaldo de
Brescia (o Arnoldo de Brescía), un hombre admirable por la fuerza de su piedad
y severidad de modales . . . La iglesia romana se alarmó ante sus osados
ataques, y en un concilío le condenó a silencio perpetuo .
Poco tiempo después el Papa puso la
ciudad en entredicho. Ya que la espada no era arma para la armadura espiritual
de Arnaldo, el noble campeón se retiró a Túsculo. Allí fue apresado, traído de
vuelta a Roma, crucificado y quemado. Sus cersizas fueron tiradas al río
Tíber.’
A consecuencia de la prominencia de
este gran hombre, los bau44
tistas, entre 105 cuales él laboró,
fueron apodados “arnaldistas.” Pero llámelos como quiera, ~empre eran
bautistas.
Déeim~Tercer Siglo
Historia de la Iglesia, por Jones,
(citado por Ray, página 373):
“La pena por dar comida, o hacer
cualquier otro favor a los odiados valdenses, era la muerte, a igual como por
alta traición. Era considerado un crimen digno de muerte solamente el que un
católico favoreciera a uno de ellos con refugiarlo de una tormenta, darle un
pedazo de pan o una taza de agua fría . . . Tales escenas de matanza y
devastación fueron llevadas a cabo COOtra los albígenses en las provincias
sureñas de Francia por más de veinte años durante la primera parte del siglo
décimo-tercero . . . Se ha calculado que durante esos veinte años un millón de
personas que llevaban ese nombre fueron sometidas a muerte
I)écimo~Cuarto Siglo
El historiador Jones dice, página
319:
“Ellos huyeron a una de las montañas
altas de los Alpes con sus esposas y niños. Las infelices madres llevaban la
cuna en una mano y con la otra conducían a sus criaturas que podían andar. Sus
inhumanos invasores, cuyos pies eran ligeros a derramar sangre, les
persiguieron hasta el anochecer y mataron un gran número de ellos antes de
llegar a los montes . . . entorrecidos por el frío, no tuvieron resistencia contra
ellos, y cuando pasó la noche se encontraron en sus cunas o tendidos en la
nieve ochenta rsiños muertos y también muchas de sus madres yacían muertas a su
lado,” etc.
De esta manera los bautistas de las
edades medias sufrieron v murieron por sus principios.
Décim<>~Qiiinto Siglo
Jerónimo de Praga y Juan Huss fueron
condenados a muerte. sien-do quemados en la estaca. A consecuencia de la
prominencia de Huss los bautistas eran llamados “husitas” por sus enemigos.
Mientras las llamas envolvían su cuerpo él cantó un himno y oró por sus
perseguidores.
Décim~Sexto Siglo
Sucesión Bautista, por D. B. Ray,
páginas 354, 355 (ed. 1949):
“En la primera parte del siglo
décimo-sexto la más cruel persecución continuaba siendo incitada contra los
valdenses en el sur de Francia:
y en 1545 Juan Meinier dirigió las
fuerzas católicas contra los valdenses en Provenza, Francia; y entre otras
horribles crueldades, este inhumano miserable encerró como cuarenta mujeres en
un establo lleno de heno (zacate) y paja, y entonces le prendió fuego. Las
pobres criaturas intentaron ahogar el fuego con sus ropas, las cuales se
habian quitado con ese fin, pero en vano, y luego se allegaron a la gran
ventana, por la cual el heno es comunmente lanzado adentro, con la intención de
saltar fuera, pero fueron mantenidas adentro con chuzos y lanzas. Así que,
todas perecieron en las llamas.”
i)écim~~Séptio Siglo
Mosheim, página 105:
“Había ciertas sectas y doctores
(maestros), en contra de los cuales el celo, la vigilancia y la severidad de
los católicos, los luteranos y los calvinistas estuvieron unidos; y en
oposición a su establecimiento y progreso estas tres comuniones, olvidando sus
disensiones, unieron sus más vigorosos consejos y esfuerzos. El objeto de su
aversion en común era los anabautistas.”
Décim<>~Octavo Siglo
La Historia de las Denominaciones
Religiosas, por Belcher, páginas 161-165, cuenta de bautistas perseguidos en
tierra norte-amencana:
“Tres predicadores bautistas fueroñ
traídos a juicio por predicar. El procesamiento traído en su contra era: ‘Por
predicar el evangelio del Hijo de Dios,’ lo cual era contrario al estatuto.”
Los bautistas en las colonias de
Massachusetts y Virginia tuvieron que soportar sangrientas persecuciones.
Sintiendo el escozor de estas persecuciones, organizaron la Asociación General
de Virginia con el solo propósito de hacer un esfuerzo unido para conseguir una
constitución y estatutos en los Estados Unidos de Norteamérica que garantizara
la libertad religiosa. Tuvieron buen éxito y la cláusula en la constitución de
dicho país que garantiza la libertad religiosa para todos fue el resultado del
esfuerzo de los bautistas. El pueblo norteamericano le debe su libertad de
conciencia a los muy odiados y terriblemente perseguidos bautistas.
El Cardenal Hossius dijo:
“Si la verdad de una religión pudiera
ser juzgada por la prontitud y alegría que un hombre, de cualquier secta,
muestra en el sufrimiento, entonces la opinión y persuasión de ninguna secta
puede ser más verdadera y segura que la de los anabautistas (bautistas) toda
vez que no ha habido ningún pueblo durante estos mil doscientos años pasados
que haya sido más generalmente castigado y que haya sufrido con más alegría y
firmeza, y aun se ha ofrecido para sufrir las más crueles persecuciones.
Fijémonos en dos cosas: El Cardenal Hossius, católico-romano,
testifica que las gentes llamadas anabautistas han padecido cruel persecución,
y que han sufrido mil doscientos años, casi el número exacto de años que la
mujer profética, el símbolo de la iglesia, debería quedarse en el desierto.
(Véase Apocalipsis 12:6-14.)
Ninguna otra gente ha tenido una
historia del desierto Ninguna otra
gente ha sido compelida a esconderse de sus perseguidores por centenares de
años. De aquí que, ninguna otra denominación responde a las condiciones que
rodean a la mujer del Apocalipsis, quien debía huir hacia el desierto de
delante de la serpiente y allí ser sostenida por mil doscientos y sesenta
años-”un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.”
Los bautistas tienen una valiosa
herencia. Su causa fue sembrada por Jesucristo, y ha sido abonada por la sangre
de los mártires. ¿Vamos, como perros, a lamer las manos que hirieron a nuestros
padres? No, ciertamente, los bautistas tenemos que permanecer como un pueblo
separado.