PARTE III
El Camino Actual
El Maestro no ha cambiado Su método
de trabajo. O si lo ha cambiado, es seguro que no lo ha notificado a Sus
siervos, y hasta que El dé aviso de un cambio de métodos, los bautistas deben
continuar trabajando según los que son revelados en las Escrituras.
Las Escrituras siempre son hoy día,
como en el tiempo antiguo, la única y suficiente regla de fe y práctica.
Sigamos caminando al pie de la letra de esa regla-”¡A la ley y al testimonio!”
(Isaías 8:20). Las siguientes páginas expondrán brevemente el camino novotestamentario
para enfrentar las condiciones de la época en que vivimos.
CAPITULO 12
El Camino Para la
Organización de Iglesias
Las Escrituras enseíian que los
discípulos deben reunirse juntos periódicamente. El mandamiento dice: “no
dejando de reunirnos” (Hebreos 10:25) o sea, como dice en la V.M.: “No
abandonando nuestra congregación,” y esto significa nada menos que los
discípulos deben habitual y regularmente reunirse para la adoración. Una asamblea
de creyentes bautizados es una iglesia. Una traducción correcta de la palabra
griega: “ekklesia,” que es la palabra original para la palabra “iglesia” en el
Nuevo Testamento, seria “asamblea,” o, “congregación.” Esto consta en las
“siete iglesias (congregaciones) de Asia,” etc.
Es correctísimo para una
congregación, lo mismo como para cualquier individuo, “presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que
hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). Esta razón concerniente a “la esperanza que
hay en vosotros” puede ser verbal o escrita. Y si escrita, es lo que
corrientemente se llama una Confesión o Declaración de Fe. Es positivamente
correcto que una iglesia proclame al mundo lo que cree que la Biblia ensefia.
Los predicadores hacen eso cada vez que predican, y los autores también, cada vez
que escriben un libro sobre tópicos religiosos. Y ¿por qué no puede hacer la
misma cosa una iglesia de Cristo, concerniente a las cosas creídas por su membresía?
Tales declaraciones no son leyes, sino solamente declaraciones de lo que la
congregación entiende que la ley del Seilor significa. El credo bautista es la
Biblia, pero lo que los bautistas entienden que este credo enseria, lo expresan
en su Confesión de Fe. El oponerse a tal declaración doctrinaría es pueril. El
faltar de publicarla es dejar el mundo en dudas en cuanto a lo que creemos.
El primer paso necesario en la
organización de una nueva congregación o iglesia es que algunos, o sea por lo
menos tres discípulos bautizados acuerden reunirse periódicamente para la
adoración, para edificación mutua y un esfuerzo unido para la evangelización
del mundo. El propósito de una iglesia es doble: primero, que la membresía se
ayude mutuamente; segundo, que trabajen juntos para la gloría de Dios en la
evangelización del mundo.
El acuerdo de reunirse regularmente
para la adoración y para el trabajo, es comunmente llamado: “El Pacto de la
Iglesia.” La palabra “pacto” significa acuerdo mutuo. Este pacto debe estar
escrito para evitar que nadie malentienda las condiciones. Tan pronto se ha
entrado en este pacto la iglesia está plenamente organizada. Este pacto es la
base de su organización.
Después de haber entrado en pacto
mutuo, efectuando así la organización de la iglesia, (y vale decir que en ese
momento ya es tanto una iglesia en realidad como en cualquier otro tiempo
después), entonces puede elegir oficiales. Debe ser elegido un pastor, y de
ser posible, diáconos también. Puesto que es correcto que sean guardadas actas
de los asuntos de la iglesia, puede ser elegido un secretario para que lleve estos
apuntes por escrito.
Para que sea conocida como una
iglesia bautista, debe inscribírse en las actas una Declaración de Fe, y
además, hacerla del conocimiento público. Si no se encuentra ninguna Confesión
o Declaración de Fe ya elaborada que exprese exactamente la doctrina de dicha
iglesia recién organizada, puede elegirse un comité para escribirla, a fin de
que sus doctrinas sean claramente expresadas.
Aunque no es imprescindible, es la
costumbre que un concilio formado de hermanos de iglesias circunvecinas sea
llamado para asistir en la organización de una nueva iglesia. Casi siempre esto
es lo mejor, puesto que hay menos riesgo de errar con los consejos de hermanos
sabios.
También se acostumbra, después de la
organización, que la iglesia solicite membresía en alguna asociación de
iglesias. Esto se hace por medio de una carta, enviando su Declaración de Fe y
otros asuntos de interés, tales como el número de miembros, el nombre del
pastor y del secretario, el monto de las contribuciones para el sostenimiento
de su pastor, y para misiones. Deben ser elegidos mensajeros para llevar esta
carta a la asociación, la cual será guardada por ellos hasta que se pidan las
cartas peticionarias, y el portador de la misma pasará adelante y se la
presentará al secretario de la asociación.