PARTE 2
El Camino Histórico
Es de suma importancia establecer
nuestra doctrina y práctica bajo el Nuevo Testamento. Pero el Nuevo Testamento hace algunas declaraciones concernientes
a la historia de las iglesias. Cuando
nuestro Señor estableció Su iglesia declaró que El la construiría, la
edificaría, la ampliaría, y las puertas del infierno no prevalecerían contra
ella (Mateo 16:18). La palabra griega
“oikodomeso,” en Mateo 16:18, traducida “edificare quiere decir “construir,”
“ampliar,” “edificar.” Su iglesia ya estaba en existencia cuando pronunció
estas palabras, como puede probarse por numerosos pasajes, por lo tanto nos
vemos impelidos a entender este pasaje así.
¿Cuándo comenzó la compañía o
congregación de creyentes bautizados? Pedro contesta esta pregunta en Hechos
1:21: “Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros
todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando
desde el bautismo de Juan” etc. Este pasaje afirma que ciertos hombres “nos han
acompañado” (Versión Moderna) a Jesús y sus apóstoles, y que esta “compañia”
comenzó “desde el bautismo de Juan.”
Esto pone en claro que el Señor tenía
una “compañía de creyentes bautizados,” una iglesia consigo a través de todo su
ministerio personal. El mismo la juntó, escogiendo el material que Juan el
Bautista le había preparado, ya que Juan vino “para preparar al Señor un pueblo
bien dispuesto” (Mateo 3:3, Lucas 1:17). Este pueblo preparado fue llamado por
Jesús para que formase su compañía o congregación.
En Lucas 6:12-18 encontramos a esta
compañía claramente distinguida de la multitud en general. El llevó a esta
compañía consigo a un monte a orar. No fue a la montaña para dar origen a su
compañía o iglesia, porque se la llevó consigo cuando fue a la montaña. Allí
escogió a sus apóstoles: “Y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó
apóstoles.” “Ellos” se refiere a la compañía. Luego se mencionan los nombres de
los apóstoles, “y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en
compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente” etc. El escritor inspirado
habla de la “compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente . .
No hay manera de forzar este lenguaje
para no ver que la pequena “compañía” del Señor estaba separada de la “gran
multitud,” al mismo tiempo que se juntaban y entremezclaban con esa “multitud.”
Pedro dice que esta “compañía”
comenzó “desde el bautismo de Juan~” Todo lo que el Maestro hizo en la montaña
fue orar y es coger Sus apóstoles. El oficio apostólico fue el primer don
espiritual otorgado a la iglesia. En 1 Corintios 12:1 aprendemos que el tema
bajo discusión es DONES ESPIRITUALES: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca
de los dones espirituales.” En esta discusión el apóstol declara que el primer
don espiritual puesto en la iglesia fue el apostolado. 1 Corintios 12:28: ‘Y a
unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles.” Hubiera sido imposible poner apóstoles o
cualquier otra cosa en la iglesia si la iglesia no tenía existencia. Así que el
hecho de que Cristo “puso los apóstoles en la iglesia” prueba que la iglesia
existía desde antes de subir a la montaña.
Efesios 2:20: “Edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo.” Este es un caso en que el “caso posesivo” es expresado por
la preposición “de.”
Para ilustrarlo: Nosotros decimos,
“esta es la capital del estado de Misisipí;” “esta es la finca de los
Rodríguez.” Así que hemos ‘sido construidos “sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas.” En otras palabras, ellos no tienen ninguna ventaja sobre
nosotros puesto que nosotros hemos sido construidos sobre el mismo fundamento
que ellos.
Los apóstoles y profetas no forman
parte alguna del fundamento de la iglesia. I Corintios 3:11: “Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”
Consta por este pasaje que la iglesia
fue fundada sobre Cristo m!smo; que el Señor mismo la estableció durante su
ministerio personal, haciendo uso de las personas preparadas para El por Juan
el Bautista; que esta compañía, o iglesia, viajó con El durante todo su
ministerio personal; que el don apostólico fue el primero puesto en la iglesia,
y que esto fue hecho en el monte; y fue a esta iglesia que el Maestro dió la
Comisión, prometiéndole perpetuidad hasta el fin del mundo (Mateo 28:19,20).
Efesios 3:21: ‘A él sea gloria en la
i~lesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amen.” Sigue, por lo tanto, que la iglesia debe vivir en todas las edades, y
que no podría haber gloria en una iglesia muerta. Ni tampoco debe la iglesia
apostatar. ya que no podría haber ninguna gloria en una iglesia apóstata.
Si se puede comprobar que han
existido iglesias bautistas a través de todas las edades desde Cristo, se
confirmará nuestra fe en las palabras del Señor. Si, por otra parte, se puede
comprobar que ninguna institución eclesiástica en existencia hoy en día ha
continuado sin corrupción a través de los siglos, será suficiente para
hacernos a todos incrédulos; pues si la promesa del Señor no se ha cumplido, si
Su Palabra se muestra ser falsa, ¿qué confianza podríamos poner en El como
nuestro Salvador?
La promesa del Señor sí se ha
cumplido. No ha habido un solo día desde que El ascendió al cielo ante la
presencia de Su iglesia, que una iglesia tal como la que le vió ascender no
pudiera ser encontrada en la tierra. La historia establece en forma abundante
esta posición.