CAPITULO 8
PUNTOS PARA RECORDAR
Hemos visto en un capítulo anterior que todas las
iglesias y denominaciones, con la sola excepción de las bautistas, se han
originado en tiempos postapostólicos, y además, que su origen puede ser
rastreado a una cabeza y fundador humano. Las hemos sometido a la prueba
histórica de Jesús, la cual requiere que la verdadera iglesia le tenga a El por
su Fundador, y que tenga que haber sido perpetuada a través de todas las
edades, y hemos eliminado a todas las iglesias, con la salvedad, de las de los
bautistas. En el capítulo anterior, aplicamos la prueba doctrinal, con el
resultado de que encontramos siendo apostólicas en doctrina, en forma y en
práctica, únicamente a las iglesias bautistas. Otras denominaciones, como
vimos, no aguantaron esta prueba, cada una de ellas mostrando un amplio
alejamiento de la doctrina y práctica apostólicas. Ya se ha patentizado que las
iglesias bautistas son idénticas con las de la época novotestamentaria. y por
consiguiente pueden, con todo derecho. reclamar ser las verdaderas iglesias de
Cristo. Sin embargo no vamos a parar aquí. Nos propusimos en el principio
dedicar algo de tiempo en probar la perpetuidad eclesiástica bautista con
declaraciones de historiadores confiables.
Antes de escuchar el testimonio de estos testigos
historiales, pudiera ser provechoso. para despejar la mente tratar brevemente
varios asuntos relacionados más o menos con este tema. A continuación siguen,
enumerados:
1. Que se tenga en mente, como se indicó al principio,
que los bautistas no procuran establecer sus pretensiones a través del nombre
“bautista.” Hay quienes dicen que las iglesias bautistas no son las
verdaderas iglesias porque no fueron llamadas por el nombre “bautista” en el Nuevo
Testamento. El hecho manifiesto es. que no eran Ilamadas por ningún nombre que
les distinguiera en ese tiempo, sino que sencillamente se hablaba de ellas como
“iglesias.” Y. ¿Por qué’ Pues, claramente porque en aquel tiempo todas eran de
una fe, y por consiguiente no hacía falta el nombre excepto la iglesia en tal v
tal lugar, como, por ejemplo, la iglesia de Antioquía” “la iglesia de
Corinto,’’ etc. Pero fácilmente se puede ver, que, andando el tiempo y
surgiendo organizaciones espúreas que a sí mismas se Ilamaban iglesias, nombre
distintivas empezaron a ser usados por necesidad. En cuanto a los bautistas.
durante el paso de los siglos, estos han sido Ilamados por (diferentes nombres.
Estos nombre generalmente les fueron puestos por sus enemigos y perseguidores,
como anteriormente se ha tratado de mostrar. Sucedió a veces que, mientras que
en un país se les dio cierto nombre, en otro fueron Ilamados por otro nombre, y
en la misma época. La misma clase de iglesias existían, caracterizadas por la
misma doctrina v vida evangélicas, mas los nombres que Ilevaban eran
diferentes. Es muy fácil entender cómo esto podría suceder en un tiempo en que
las iglesias quedaban muy separadas por la distancia y con poca
intercomunicación. Tan reciente como en los días coloniales de la América del
norte, con frecuencia los bautistas fueron denominados “anabautistas” y
“catabautistas.” Por cierto, al dar lectura a algunos documentos históricos
relacionados a la temprana historia del estado de Kentucky, este servidor
encontró que a los bautistas se les refirieron como anabautistas. Por supuesto,
la suspensión del prefijo “ana” de ninguna manera cambió las características de
las iglesias. Tampoco cambiaron los Valdenses cuando, andando el tiempo,
llegaron a ser llamados anabautistas. Por lo tanto, hacemos hincapié, no en la
identidad del nombre, más bien en la continuidad de la doctrina y vida,
sostenidas por gentes que se reunían como cuerpos de creyentes bautizados en
Cristo.
2. Que se tenga en mente que aquellos que niegan la
perpetuidad de los bautistas difieren mucho en cuanto al tiempo cuándo los
bautistas tuvieron su origen. La incertidumbre misma de ellos, y su completa
divergencia de opinión tocante al asunto constituyen de por sí un buen
argumento a favor de la cosa a que ellos se oponen. El Dr. W.A. Jarrell, en la
preparación de su manuscrito para su libro sobre la perpetuidad , hace algunos
años, escribió varias cartas a ciertos oficiales de alto rango y eruditos de la
iglesia católica, y también de varias iglesias protestantes, haciéndoles la
siguiente pregunta: “¿Cuándo, dónde, y por medio de quién, se estableció la
primera iglesia bautista?” Las repuestas que el recibió mostraron una
desesperante confusión e incertidumbre. Estos hombres, no queriendo conceder
que la primera iglesia que haya existido fuera una iglesia bautista, se
encontraron en un gran apuro para encontrar una respuesta, y las repuestas
faltaron de estar de acuerdo la una con la otra.
Si se me permite,
daré otra ilustración sobre este punto. Tengo aquí sobre mi escritorio dos
libros, escritos por hombres que se oponen violentemente a la idea de la
perpetuidad bautista. Para fijar la fecha del origen de los bautistas, uno dice
que estos empezaron en Alemania en el año 1521 con un tal Nicolás Stork. El
otro dice que la primera iglesia bautista fue fundada en Amsterdam por Juan
Smyth, un inglés, en el año 1607. El hecho es, que los que niegan que Jesús
empezó la primera iglesia en Jerusalén, no pueden indicar la fecha del comienzo
de la primera iglesia bautista, ni tampoco el hombre que le dio comienzo. No
pueden correctamente fijar la fecha porque ésta no existe. No pueden señalar el
hombre a este lado de Cristo, porque nunca vivió.
3. Nótese la
confusión prevalente entre aquellos que pretenden que Jesús no fundó la
asamblea local, sino una “iglesia universal, invisible.” Por ejemplo, el Dr. C.
I. Scofield, en su libro, “Síntesis de la Verdad Bíblica,” dice que ecclesía se
usa en el Nuevo Testamento en cuatro sentidos diferentes, como sigue: “Para
designar el cuerpo entero de los redimidos durante la dispensación actual; para
designar una iglesia local; para designar grupos de iglesias locales; y para
designar la iglesia visible, o sea el cuerpo de creyentes por profesión, sin
referencia ni a la localidad ni a números.” ¡Aquí la confusión se hace cada vez
peor!
¿Quién podría leer
el Nuevo Testamento con una mente sin prejuicios y acaso quedarse con la
impresión que Jesús haya fundado varias diferentes clases de iglesias? Tal
enseñanza únicamente podría surgir por una necesidad teorética. Además,
encontramos que la “Confesión de Fe Westmínster” contiene otro concepto todavía
de la iglesia, en el cual los que nunca han Ilegado a ser creyentes son
miembros. Esta Confesión dice que la iglesia consiste, “de todos aquellos por
todo el mundo quienes profesan la verdadera religión, juntamente con sus niños.
“
4. Los hay quienes
de buena gana admiten una perpetuidad de los principios bar(tatas, pero no
están dispuestos a admitir la perpetuidad de las iglesias bautistas. Por
ejemplo, el Sr. H. C. Vedder, en su libro, “Una Breve Historia de los
Bautistas,” ocupa la mayor parte de su introducción en un argumento en contra
de la perpetuidad bautista, y entonces, por raro que parezca, ¡empieza su
historia de los bautistas en los tiempos novotestamentarios! El no quiere
admitir la continuidad de las iglesias bautistas, pero ocupa más de dos cientas
páginas a lo que el Ilama una “historia de principios bautistas.” Inmediatamente
surge esta pregunta: Si los principios bautistas han tenido una existencia
continua desde los tiempos apostólicos, entonces seguramente tiene que haber
existido un pueblo que los sostuviera. Porque la perpetuidad de los principios
necesariamente involucra el hecho de que hayan vivido individuos que los
sostuvieran. ¿No eran bautistas aquellos individuos que sostuvieron los
principios bautistas? Y las iglesias constituidas de esos individuos, ¿acaso no
eran iglesias bautistas? Porque si no, entonces este servidor quedaría muy
preocupado para saber, ¿qué clase de iglesias eran? La posición de que haya
habido una perpetuidad de principios bautistas, pero no de bautistas, es
elógica, y no es propia de una persona precavida.
5. Nadie niega que
haya existido desde los días de los apóstoles en adelante, compañías,
congregaciones y sectas de cristianos disconformes con las formas establecidas
y comúnmente aceptadas. Al caer en el error las iglesias prevalecientes. y
apartarse estas de la enseñanza evangélica, los que continuaban fieles a Dios
se separaban de la multitud para adorar y servirle a Dios conforme su
entendimiento de las Escrituras. Esta gente, fiel a la enseñanza apostólica, y
constituyendo en el sentido más estricto lo que quedaba de la verdadera iglesia
de Cristo, fue perseguida, Ilamada “hereje,” y se le apodaron de toda clase de
nombres odiosos. Y por motivo de que los nombres que usualmente Ilevaban se les
fueron dados por odio por sus enemigos, los nombres variaban. Por consiguiente,
sería una tontería por parte de uno, que, por motivo de que el nombre
“bautista” no puede ser rastreado atrás sucesivamente hasta los tiempos
apostólicos, niege que haya existido un pueblo que ha sostenido los principios
bautistas y que ha sido bautista en un sentido real.
6. Se ponen
objeciones muy a menudo al rastreo de la derivación bautista a través de las
así-llamadas “sectas” disidentes, que existían desde los tiempos
novotestamentarios en adelante, sobre la base de que había irregularidades
entre ellos en cuanto a su doctrina y práctica. Algunas de las iglesias
que eran incluidas con las que Ilevaban el mismo nombre por el cual se Ilamaban
aquellas gentes, a través de quienes los bautistas rastrean su perpetuidad,
practicaban por cierto cosas que no armonizan con las que los bautistas
practican hoy día. Se alega, por lo tanto, que los bautistas yerran en
pretender algún parentezco con ellos. Pensemos bien por unos momentos sobre
esta objeción. Debe ser evidente para cualquier persona que lo piense a fondo,
que las iglesias, completamente independientes, no ligadas estrechamente entre
sí en forma orgánica ahuyentadas hasta la reclusión, desparramadas y separadas
por la persecución. en toda probabilidad Ilegarían a diferir un poco en asuntos
menores de doctrina y práctica. Es más, es posible que algunas se desvíen tan
lejos de las enseñanzas de las Escrituras, hasta el punto de ser indignos del
nombre que Ilevan. No hay duda de que esto es precisamente lo que sucedió en
muchos casos con las gentes a través de quienes los bautistas rastrean su
descendencia. Historiadores con prejuicios han cogido estos casos más o menos
aislados, y los han magnificado en un esfuerzo de mostrar que la “secta” entera
no era bautista en sus doctrinas y prácticas. Se podría alegar, a base del
mismo principio, que ciertas iglesias de la época apostólica no eran iglesias
verdaderas. Por ejemplo, la iglesia de Corinto era muy imperfecta: existían
irregularidades, sin embargo, nadie diría que ella no era una verdadera iglesia
de Cristo. Se podría magnificar las irregularidades y variaciones que existen
entre las iglesias bautistas del norte y del sur en los Estados Unidos, o entre
las del sur y los bautistas del Canadá o los de Inglaterra. y concluir
equivocadamente que no se deben clasificar como la misma gente. Y en verdad,
hay iglesias que se Ilaman a sí mismas por el nombre “bautista” que sin duda
alguna se han apartado tan lejos de las Escrituras como para no ser ya
verdaderas iglesias bautistas. Sin embargo, es muy injusto juzgar a un pueblo
entero por los actos de unas pocas iglesias que se desvíen de 13 verdad. Para
poder avaluarlas correctamente, debemos averiguar, qué es lo que sostienen en
su mayoría. Debemos indagar cuales eran los principios que generalmente les
caracterizaban.
Se debe recordar
que mucho de lo que ha quedado inscrito en los anales de la historia tocante a
los que sostenían ideas bautistas en las edades pasadas, es de la pluma de sus
enemibos crueles. Los que escribieron acerca de ellos, generalmente odiaban a estos
“disidentes” con un odio fortífero y maligno, y no tenían escrúpulos en
perseguirlos hasta la muerte. ¿Acaso podría ser confiable el testimonio de
tales testigos? Con demasiada frecuencia historiadores, inclusive algunos
denominados bautistas, sin vacilar han caracterizado a los bautistas de las
épocas pasadas de acuerdo con lo escrito por sus perseguidores, a quienes nada
les deleitaba más que exagerar sus faltas. Por extraño que parezca, algunos
historiadores aparentamente dan más credulidad a las declaraciones de sus
enemigos que a las encontradas entre los escritos existentes de los mismos
cristianos. A este servidor le parece que las historias escritas por los
señores Newman y Vedder van a este extremo que se acba de mencionar. Al
comprarar sus escritos tocante a los varios cuerpos de cristianos que se
oponían a Rma durante los tempranos días con los escritos de otros
historiadores bautistas, no he podido evitar un sentimiento de que han tratado
a estas gentes con hiriente injusticia. Los hombres y mujeres nobles que
conservaban vivas las grandes doctrinas de la fe novotestamentaria a través de
tiempos sangrientos de persecución, quienes mantenían la religión evangélica
frente a la apostacía romana, a menudo al costo de la vida - seguramente ellos
aguantaron bastante sufrimiento durante su vida, sin tener que sufrir las
calumnias de sus enemigos perpetuadas contra su memoria por parte de
historiadores inclinados.
7 Pudiera ser
atinado en este punto hacer la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto puede una
iglesia apartarse de la verdad y siempre ser una iglesia novotestamentaria?
Aquellos que afirman que los montanistas, los novacianos, los paulicianos, los
valdenses, etc., eran demasiado heréticos para que los bautistas reclamen algún
parentezco con ellos, deberían pensar esta cuestión a fondo. Aún el Dr. A.H.
Newman reconoce que iglesias pueden tener irregularidades y siempre seguir
siendo iglesias novotestamentarias, pues en su historia de
“Anti-paido-bautismo,” p. 28 (ed. en inglés), dice lo siguiente: “El hecho de
que una iglesia puede hacer desvíos graves de la norma apostólica sin dejar de
ser una iglesia de Cristo, tiene que ser admitido.” Si podemos determinar hasta
qué punto puede desviarse una iglesia de la verdad, y siempre seguir siendo una
iglesia novotestamentaria, entonces estaremos preparados para examinar las
creencias de los vanos partidos y “sectas” de los tiempos antiguos para
determinar si podemos, o no, con justicia rastrear los bautistas a través de
ellos.
Tocante al asunto
de qué constituye una verdadera iglesia novotestamentana, me permito citar las
palabras del Dr. T.T. Martín, como se encuentran en su muy apreciable libro
sobre la iglesia novotestamentana, este servidor dándoles su beneplácito:
“Unicamente dos doctrinas son esenciales para una iglesia novotesramentaria.
Otras doctrinas son importantes, preciosas, pera únicamente dos son esenciales
a una iglesia novotestarnentaria. Son el CAMINO DE SALVACION y el CAMINO
DEL BAUTISMO. La gran comisión hace esto patente. Mateo ••8:1u-•0: .Por tanto.
id, ´ haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos..-. Una organización
de gente que sostenga estas dos doctrinas y en este mismo orden
novotestamentario, puede que estuviere en error en otras doctrinas, pero
siempre sería una iglesia novotestamentaria. Por ejemplo digamos que equis
iglesia en el occidente que tenga el nombre ‘Iglesia Bautista’ mantiene al
bautismo por inmersión, pero no el camino novotestamentario de salvación, pues
no es una iglesia novotestamentaria. O habiendo en Nueva York digamos o en
Inglaterra. una iglesia que se Ilame por el nombre ‘Iglesia Bautista que
mantenga el camino novotestamentario de salvación, pero no el bautismo por
inmersión entonces esa no es una iglesia novotestamentaria. O habiendo alguna iglesia
que se Ilame por el nombre ‘Iglesia Bautista’ que mantenga el modo
novotestamentario del bautismo, pero que uno debe bautizarse antes de salvarse,
entonces aquella no es una iglesia novotestamentaria.’’
Ha habido iglesias
bautistas en tiempos recientes que practicaban el lavamiento de los pies. Otras
han mantenido ideas erróneas relativas al sábado. En nuestros días este
servidor ha sabido de iglesias bautistas en el norte que han tenido a una mujer
como pastor, y de otras que han adoptado varios métodos no bíblicos para Ilevar
a cabo su obra. Pero el punto es que ninguna de estas cosas les descalifica de
ser iglesias novotestamentarias. De la misma manera que un cristiano puede ser
desobediente y siempre ser un cristiano, así también una iglesia puede ser
desobediente y siempre ser una iglesia novotestamentaria aunque indigna, por
supuesto. se admite. Porque, repito, conforme a los términos de la gran
comisión, son dos las doctrinas y únicamente dos que son esenciales para una
iglesia novotestamentaria, EL CAMINO DE SALVACION Y EL CAMINO DE BAUTISMO.
“La iglesia fiel no
fue asimilada por la católica, ni tampoco dejó de existir durante la edad
media, no obstante la enseñanza del protestantismo al contrario. En realidad ha
existido una sucesión continua de iglesias genuinas a través de los siglos,
bajo varios nombres, pero sosteniendo siempre los mismos principios y doctrinas
enseñados por aquella que Cristo fundó, y que de igual manera son enseñados por
las iglesias bautistas del día de hoy. No existía ninguna ‘iglesia
protestante,’ en el sentido correcto de este término, hasta el siglo dieciséis.
¿Quiénes fueron entonces esos millones de mártires tan cruelmente matados por
la mano de la iglesia católica? Una sola contestación cabe: eran bautistas.”
- J. T. Moore, en
“Por Qué Soy Bautista.”