CAPITULO 9
BAUTISTAS BAJO OTROS NOMBRES
Hemos tocado el punto de que, a partir del tiempo en
que la corrupción empezó a ganar la ascendencia y el orden de Dios empezó a ser
pervertido y cambiado, han habido disidentes - los que protestaban contra el
mal y la corrupción, y se juntaban en bandas para vivir y actuar de acuerdo con
las enseñanzas de las Escrituras. Los que mantenían la forma, las doctrinas y
las enseñanzas novotestamentarias eran denominados, par parte de las iglesias
corruptas, “sectas,” y denunciadas como “herejes.” Todos los historiadores
admiten la existencia de estas “sectas” o “herejes” a través de todas las
edades.
Habían en estas iglesias que sostenían la enseñanza
novotestamentaria en contra de la corrupción, Iíderes y eruditos que Ilegaban a
ser muy bien conocidos y odiados por su osadía en defender la verdad contra la
apostacía. En muchas instancias, a un gran número de los que mantenían la verdadera
fe, se les apodaban del apellido o nombre de su líder. Sucedía que, al
aplicárseles un nuevo nombre a los que mantenían creencias bautistas, los
historiadores muy a menudo escribían como si se hubiese originado una nueva
secta. Pero en verdad fue únicamente un nuevo nombre lo que se originó, y esto,
desgraciadamente, de la boca de sus enemigos. Un nuevo apodo que se les
aplicara a la misma gente que mantuviera las mismas creencias distintivas, de
ninguna manera les cambió a ellos.
Ahora, antes de empezar a mencionar a algunas de las
gentes de tiempos antiguos, a través de quienes los bautistas pueden
propiamente sostener su continuidad historial, me permito hacer hincapié en dos
puntos, que le suplico al apreciable lector, los tenga siempre en mente, a
través de la lectura de todo este capítulo. En primer lugar, que lo Unico que
este servidor trata de establecer es, que siempre ha habido, desde el tiempo de
Cristo, grupos de individuos que han mantenido, en sus puntos esenciales, la fe
novotestamentaria, Y quienes se unían juntas en iglesias que eran en lo
esencial bautista en fe y práctica. Segundo, que únicamente son dos, las
doctrinas que son esenciales para una iglesia novotestamentaria: El camino de
salvación y el camino del bautismo. Si un grupo de iglesias está firme en estos
dos puntos cardinales, estas pueden propiamente Ilamarse iglesias bautistas. No
cabe duda de que, debido a las circunstancias prevalecientes, de las cuales
podríamos hablar detenidamente con provecho si nos lo permitiera el espacio,
que algunas de las “sectas” tenían irregularidades existentes entre ellas. Algunos
de los pueblos que serán mencionados mantenían ideas erróneas, y hasta
practicaban algunas extravagancias. Sin embargo, si este servidor puede mostrar
que mantenían puras las dos doctrinas cardinales, antes mencionadas como
esenciales para una iglesia bautista, entonces habrá probado su tesis de que
eran bautistas. Se les acusan, por ejemplo, a algunos de los “disidentes,” de
haber tenido ideas extravagantes tocante a la segunda venida de Cristo. Pero
eso no les descalifica de ser bautistas. También los Tesalonicenses tenían
estas ideas erróneas, y Pablo tenia que escribir II Tesalonicenses para
corregirlas. También algunos bautistas hoy día van al extremo con sus programas
y en la colocación de los eventos en conexión con la segunda venida de
Cristo.
Pero sigamos
adelante para notar brevemente algunas de las “sectas” que se mantenían
separadas del movimiento que Ilegó a ser conocido como el catolicismo. Bien
podemos empezar con:
LOS
MONTANISTAS
Este servidor se da
cuenta de que unos pocos historiadores bautistas levantan las manos
horrorizados ante el pensamiento con los montanistas. (Compárese Newman y
Vedder.) Con antipatía preconcebida contra la idea de la continuidad bautista,
tratan de dibujar un cuadro tan sombrío como les sea posible de las tempranas
“sectas,” como ellos los denominan. Entre muchos historiadores su servidor ha
rebuscado informes acerca de los montanistas, y ha Ilegado a la conclusión de
que sus irregularidades han sido exageradas en gran manera. Había, sin duda,
irregularidades en algunas de las iglesias, pero estoy convencido de que eran,
en general, un gran pueblo y bueno, sosteniendo las doctrinas esenciales para
una iglesia bautista. Notemos los reconocimientos de los historiadores tocante
a ellos:
Dice Vedder (en
Historia Breve de los bautistas, pp. 58, 62):
“Ellos comprendían
claramente la verdad que una iglesia de Cristo debe constituirse de regenerados
únicamente...Por supuesto los montanistas inmergían ningún otro bautismo, hasta
donde sabemos, era practicada por parte de nadie en el segundo siglo. No hay
evidencia de que hayan bautizado a infantes, y su principio de una membresía
regenerada naturalmente requeriría el bautismo de creyentes únicamente.”
¿Acaso debiéramos
avergonzarnos de pretender un parentezco con estas iglesias que se componían de
gente regenerada y debidamente inmergida sobre su profesión de fe en
Cristo?
Pero leamos algo más
del testimonio de los historiadores: “El montanismo era una protesta contra la
vida corrupta y pecaminosa, y la disciplina floja. La esencia de la contención
de estas iglesias era por una vida del Espíritu. No era una nueva forma de
cristiandad, era la recuperación de la vieja, la iglesia primitiva puesta en
contraposición a la corrupción obvia de la cristiandad corriente. La iglesia
antigua exigía pureza; la iglesia nueva se había vendido en baratillo al mundo
y se había arreglado cómodamente con él, Y aquellos por lo tanto romperían con
ésta.” (Moeller, en el artículo sobre montanismo, en la Enciclopedia
Schaff-Herzog).
“Como a esa
altura...no había ningún alejamiento esencial de la fe en acción, del candidato
para bautismo, del gobierno eclesiástico ni de la doctrina, los montanistas, en
lo que se refiere a estos puntos, eran bautistas.” (en Perpetuidad de la
Iglesia, por Jarrel, p. 69).
“El montanismo
continuó por siglos y por fin Ilegó a ser conocido por otros nombres. (en
Historia Eclesiástica, por Eusebio, p. 229, observación por el Dr.
McCiffert).
“La severidad de
sus doctrinas ganó para ellos la estimación y confianza de muchos que eran
lejos de ser del orden mas bajo.” (en Historia Eclesiástica, T. 1, p.
233).
“El montanismo...es
mejor entendido como una reacción contra una condición de la iglesia y de la
vida cristiana, las cuales para los montanistas parecían ser colocadas en un
nivel demasiado bajo, y que habían además decaído de una ideal más temprana y
más pura. (en La Antigua Iglesia Católica, por Rainey, p. 130).
“Los montanistas
mantenían que la membresía en las iglesias debe ser limitada personas puramente
regeneradas; y que una vida e: y disciplina deben ser mantenidas, sin ninguna
afiliación con la autoridad del estado.” (en Historia de los Bautistas, por
Tomás Armitage, p. 175).
“Montano fue
acusado de asumir ser el Espíritu Santo mismo. lo cual era pura calumnia.”
(Armitage, p. 175).
“La historia
todavía no ha librado a los montanistas de la distorsión y la oblicuidad, que por
largo tiempo los pintaban como enemigos de Cristo; mientras que en verdad ellos
honradamente, aunque en algunos respectos erróneamente, trabajaban para
restaurar esa semejanza de Cristo a las iglesias, que tanto se les había
alejado. (Armitage, p. 176).
LOS
NOVACIANOS-
Estos fueron
Ilamados así por el Iíder del movimiento puritano. quien Ilevaba el nombre
Novato. El fue miembro de la iglesia de Roma plantada por Pablo, la cual había
Ilegado a ser tan corrupta que una separación fue necesaria para preservar la
fe. Tocante a Novato, el Dr. J.B. Moody dice lo siguiente:
“El ni empezó ni
propagó una secta. Otros siguieron su ejemplo en separarse de las iglesias
corruptas, y de esta manera siguieron el mandato divino, y así su manera de
andar era ordenada. Los desordenados constituían la apostasía.
Robinson dice lo
siguiente (en Investigaciones Eclesiásticas, p. 126):
“Un flujo de
inmoralidad habiéndose metido en la iglesia, Novato se retiró y muchos otros
juntos con éI...Grandes números siguieron su ejemplo, y en todas partes del
imperio iglesias puritanas se constituían Y florecían a través de los
siguientes dos cientos anos. Después, cuando las leyes penales les obligaban a
esconderse en rincones y adorar a Dios en privado, se distinguían por varios
diferentes nombres, y una sucesión de ellos continuó hasta la edad
media.”
Vedder dice de
ellos (en Breve Historia de los Bautistas, p. 64):
“Los novacianos
eran los más tempranos anabautistas; negándose éstos a reconocer como válidos
el ministerio y los sacramentos de sus contrincantes, y alegando ser la iglesia
verdadera, Iógicamente eran obligados a rebautizar a todos los que venían a
ellos...El partido ganó gran fuerza en el Asia menor, donde muchos montanistas
se unieron a ellos.”
El Dr. J.T.
Christian, en su Historia de los Bautistas, de fecha reciente, muestra que los
novacianos mantenían la independencia de las iglesias y reconocían la igualdad
de todos los pastores en respecto de su dignidad y autoridad.
El Dr. J. B. Moody,
después de haber estudiado los novacianos a la luz de una docena o más de
historiadores, dice lo siguiente acerca de Novato:
“El contendía
que...la salvación ...era del Señor, por gracia por medio de la fe.”
Sin necesidad de
multiplicar citas, encontramos que los novacianos eran anabautistas, que
mantenían la idea escritural tocante al camino de salvación, pureza en la vida,
y que eran escritúrales en lo referente a su concepto del ministerio y gobierno
eclesiástico. Este servidor no ve ningún motivo por que los bautistas no deben
rastrear su continuidad de existencia a través de ellos.
3. LOS DONATISTAS.
El Dr. J.B. Moody.
quien leyó ampliamente sobre temas pertenecientes a la historia eclesiástica,
dice lo siguiente tocante a los donatistas:
“Los que contendían
fielmente por el modelo original eran Ilamados en algunos países novacianos y
en otros donatistas. Estos hombres no originaron sectas, sino que se separaron
de la creciente apostasía, y perpetuaron las iglesias verdaderas.”
En el caso de los
donatistas, la separación de la corrupta se hizo en el ario 311 D. C.
El historiador
francés Crespín escribe lo siguiente tocante a la idea sostenida por
ellos:
“En primer lugar,
por la pureza de los miembros de las iglesias, por su declaración de que nadie
debe ser admitido a la iglesia sino solamente aquellos que son creyentes en
verdad, verdaderos santos. Segundo, por la pureza de la disciplina
eclesiástica. Tercero, por la independencia de cada iglesia. Cuarto, volvieron
a bautizar a los que tuviesen motivo de dudar. Por consiguente ellos eran
rebautizadores, o sea anabautistas.”
Es concluyente por
lo tanto, que ellos mantenían las doctrinas esenciales para una iglesia
bautista.
Curtis dice (en La
Marcha de los Principios Bautistas, p. 21):
“Los
donatistas...parece que han formado el germen de los valdenses.”
Benedicto dice (en
su Historia de los Bautistas, p. 4):
“Después de surgir
los donatistas, aquellos (los montanistas) muy a menudo eran Ilamados por ese
nombre.”
Jones dice (en su
Historia de la Iglesia Cristiana):
“Casi no había
ciudad ni pueblo en el Africa donde no había una iglesia donatista.”
4. LOS PAULICIANOS.
El Dr. J. T.
Christian dice en su Historia de los Bautistas, pp. 76 y 77:
“Las iglesias
paulicianas eran de origen apostólico, y fueron plantadas en Armenia en el
primer siglo.”
Un antiguo libro de
los paulicianos Ilamado la “Llave de la Verdad,” fue descubierto hace pocos
años por el Dr. Coneybeare de la Universidad de Oxford. En este libro los
paulicianos reclaman para sí un origen apostólico. El Dr. Coneybeare, quien
tradujo la “Llave de la Verdad,” y quien probablemente pudiera ser la mas
grande autoridad sobre los paulicianos, nos dice que estos y los bogomiles eran
perseguidos, pero que persistían por acá y allá en muchos escondites hasta la
edad media, cuando volvieron a aparecer bajo la forma del anabautismo .
El historiador
Mosheim dice:
“Ellos bautizaban y
rebautizaban por inmersión. Hubieran sido identificados como verdaderos
anabautistas.”
El Dr. Christian
dice: ‘
“Entre los
paulicianos prevalecían creencias bautistas. Ellos mantenían que los hombres
deben arrepentirse y creer, y entonces a la edad de madurez, pedir el bautismo,
por el cual se admitían en la iglesia.”
El historiador
Adeney dice (en Iglesias Griegas y Orientales, p. . 217):
“AIIí es bastante
razonable que ellos (los paulicianos) sean considerados como los representantes
de los sobrevivientes de un tipo muy primitivo de cristiandad.”
Por medio de las
referencias arriba se puede ver que los paulicianos reclamaban un origen
apostólico, que mantenían doctrinas bautistas y que persistían hasta que fueron
absorbidos en el movimiento anabautista.
5. LOS ALBIGENSES.
Muchos
historiadores. tales como Mosheim, Gibbon Muratori, Coneybeare v otros.
consideran a los paulicianos como los precursores de los albigenses. y de hecho
la misma gente, menos el nombre. El Dr. Christian dice en su historia, antes
referida, que escritores de tiempos recientes sostienen que los albigenses
habían estado en los valles de Francia desde las más tempranas edades de la
cristiandad. Por motivo de la persecución dejaron pocos vestigios de sus
escrituras. y por eso nuestro conocimiento de ellos no es tan completo como
quisiéramos. Jones, en su historia antes referida, dice que mantenían las dos
doctrinas necesarias para una iglesia novotestamentaria. También nos dice que
rechazaban el bautismo de infantes.
Otras “sectas” que
mantenían estas doctrinas novotestamentarias en común, Ilamadas por nombres
tales como petrobrusianos, henricianos, arnoldistas, existían, pero el espacio
no permite una explicación detallada de ellas. Referente a éstas, el Dr. A.H.
Newman dice lo siguiente (en “lnvestigaciones Recientes Concernientes a las
Sectas Medioevales, p. 187): “Hay mucha evidencia de la persistencia en el
norte de Italia y en el sur de Francia, desde tiempos tempranos, de tipos
evangélicos de cristiandad.”
6. LOS VALDENSES.
El enlace muy
estrecho de los valdenses con los pueblos a quienes nos hemos referido
previamente es reconocido por los historiadores. Dice el Dr. Jones (en su
Historia de la Iglesia Cristiana, T. 2, P. 4):
“Al lanzar los
papas sus fulminaciones contra ellos (los albigenses) los condenaron
expresamente como valdenses.”
Algunos han tratado
de ligar el comienzo de los valdenses con Pedro Waldo, e indicar que el haya
sido el fundador de ellos, pero sin éxito. Pedro Waldo no les dio comienzo a
los valdenses, ni tampoco éstos han sido apodados por él, pues él y los
valdenses derivaron su nombre del mismo ongen. Tocante a este punto, Jones dice
lo siguiente (Historia, T.2): “Los vocablos significan sencillamente ‘valles,’
habitantes de valles, y nada más.” Pedro Waldo fue Ilamado así porque era un
‘hombre del valle,’ y el era únicamente un caudillo de un pueblo que había
existido durante largo tiempo. Los valdenses opinaban que eran de origen
antiguo, y verdaderamente apostólicos. Tocante a la manera en que algunos
historiadores les tratan a ellos, Jones comenta lo siguiente: ‘’El mismo
carácter genérico de los valdenses es pasado por encima por la mayoría de los
escritores tocante a la comunidad amplia a la cual se aplicaba . . . estaban
esparcidos por todas partes de Europa durante muchos siglos...Cualquiera que
haya sido el nombre local que Ilevaban, los católicos les Ilamaban a todos
ellos Vaudois, o valdenses.”
Tocante a su
origen, Vedder dice (en su Historia Breve de los Bautistas, p. 123):
“Los valdenses, en
su más temprana historia, paracen ser casi ninguna otra cosa que los
petrobrusianos bajo otro nombre...Las doctrinas de los más tempranos valdenses
son substancialmente idénticas a las de los petrobrusianos, siendo testigos de
esto sus perseguidores.”
Algunos han tratado
de hacer aparentar que los valdenses hayan practicado el bautismo de infantes.
Por supuesto,como anteriormente ha sido indicado, un pueblo tan esparcido como
eran ellos, con iglesias en muchos sectores, puede que haya habido en algunas
de sus iglesias prácticas heréticas. Pero el estudio hecho por este servidor
acerca de los valdenses desde muchas fuentes, le ha movido a deducir que el
cargo de que los valdenses en general hayan practicado e1 bautismo de infantes
es una calumnia grosera Concuerdo con el Dr. Christian en lo que el dice:
“No hay nada en la
historia que indique que los propios valdenses jamás hayan practicado el
bautismo de infantes.”
Tocante a las
doctrinas sostenidas por los valdenses, el historiador Vedder tiene lo
siguiente que decir (en su Historia Breve de los Bautistas, pp. 123,
124):
“Escritores
católico-romanos antes del año 1350 D. C. atribuían los siguientes errores a
los valdenses:
1. Ellos alegan que
las doctrinas de Cristo y los apóstoles, aparte de los decretos de la iglesia,
bastan para la salvación.
2. Dicen que el
bautismo no es provechoso para niños pequeños, porque éstos no son capaces de
creer en realidad.
3. Afirman que
únicamente ellos son la iglesia de Cristo y los discípulos de Cristo. Que ellos
son los sucesores de los apóstoles.”
Vedder sigue, dando
además una lista de otras creencias tenidas por ellos y parecidas a las
sostenidas por los bautistas hoy día. Después añade lo siguiente:
“También
encontramos atribuídos a ellos ciertos principios que eran característicos más
tarde de los anabautistas . . . Manteniendo estas creencias, eran los
antecesores espirituales de las iglesias anabautistas.”
El historiador
Keller tiene lo siguiente que decir:
“Muchísimos
valdenses creían, como sabemos con exactitud, que el bautismo sobre (la
profesión de) fe era la forma que está de acuerdo con las palabras y ejemplo de
Cristo.”
Nadie puede hacer
un estudio de los valdenses sin ver prontamente que ellos mantenían las dos
doctrinas esenciales para una iglesia bautista. Eran un pueblo grande y noble,
que mantenía la verdadera fe delante de una persecución amarga y casi continua.
No hay por qué sentir ninguna vergüenza por parte de los bautistas en reclamar
parentezco con ellos.
7. LOS
ANABAUTISTAS.
Hay mucha evidencia
que los valdenses Ilegaron a ser conocidos más tarde como anabautistas. La
así-llamada reformación les dio oportunidad a las varias “sectas” en
escondites, que hoy día identificamos como bautistas, a salir afuera y
declararse. Estas odiadas, asi-llamadas “sectas” Ilegaron a ser Ilamadas por el
nombre general de “anabautistas.” El Dr. Vedder dice lo siguiente:
“Es un hecho
curioso e instructivo que las iglesias anabautistas del período de la
así-llamada reformación (o edad media) eran más numerosas precísamente donde
los valdenses de un siglo o dos anteriores habían florecido más...Que haya
habido una relación íntima entre los dos movimientos, lo dudan únicamente muy
pocos de entre los que han estudiado este período y su literatura. La tea de
verdad fue pasada de mano en mano de una generación en Otra.”
De manera parecida
habla el Dr. Christian:
“En aquellos
lugares donde florecían los valdenses, allí los bautistas se
arraigaron...Muchos predicadores hábiles de los valdenses Ilegaban a ser
conocidos extensamente como ministros bautistas...Muchos detalles les marcaban
a los valdenses y a los bautistas como siendo del mismo origen.”
Y otra vez,
haciendo referencia a los valdenses y a los paulicianos, dice:
“A mi parecer, los
dos partidos eran bautistas.”
Si les pedimos su
opinión a aquellos que eran hostiles, encontramos a Baronio, el docto
historiador católico-romano diciendo lo siguiente (en “Danver’s Baptism” El
Bautismo, por Danver, p. 253): ‘’Los valdenses eran anabautistas.”
Otra vez, Vedder,
quien, tengámoslo en mente, es hostil a la idea de la perpetuidad bautista,
hace el siguiente comentano (Historia Breve. p. 130):
“Estas iglesias
anabautistas no se desarrollaron gradualmente, sino que aparecen completamente
formadas desde el principio... Completas en la práctica, correctas en la
doctrina, estrictas en la disciplina. Sería imposible explicar la existencia de
estos fenómenos sin la suposición de una causa de larga existencia. Aunque las
iglesias anabautistas aparecen repentinamente en los anales del tiempo
contemporáneo con la reformación zuingliana, las raíces tienen que ser buscadas
más atrás.”
Además, dice lo
siguiente en las pp. 136 y 143:
“Los anabautistas,
lo mismo como los bautistas de hoy día, alegaban que no hay ni mandato ni
ejemplo de bautismo de infantes en el Nuevo Testamento, y que antes del
bautismo, instrucción y creencia son requeridos...Las enseñanzas de los
anabautistas suizos son conocidas por nosotros con exactitud desde tres fuentes
independientes y mutuamente confirmatorias: el testimonio de sus oponentes, los
vestigios de sus escritos que se nos han quedado, y su Confesión de Fe. Este
último es el primer documento de su clase en existencia de que se sepa. Salió a
luz en el año 1527...Se enseña en ella el bautismo de creyentes únicamente, el
rompimiento de pan únicamente por los que han sido bautizados, e inculca una
disciplina eclesiástica pura . . . La . . . Confesión corresponde a las
creencias declaradas de las iglesias bautistas hoy día. Es significante que lo
que aptamente se ha denominado ‘comunión o cena cerrada’ se encuentre en las
enseñanzas del documento bautista más antiguo en existencia.”
Terminaré la
discusión tocante a los anabautistas con una cita del Dr. W. D. Nowlin (en su
libro Fundamentos de la Fe):
“Tocante al origen
de los anabautistas, los historiadores difieren, pero es probable que en muchas
instancias estos eran el despertamiento de los vestigios de las sectas más
tempranas, o por lo menos de sus sentimientos, los cuales persistían en muchas
localidades. Indudablemente fue la vida y modo de pensar vivificados por la
reformación lo que les trajo otra vez a la vista, resultando esto en un enorme
crecimiento en membresía. Los anabautistas sostenían la completa separación de
estado e iglesia, liberalidad de la conciencia individual, y la Biblia como
única regla de fe y práctica. Se oponían al bautismo de infantes; no admitían a
nadie sino solamente a personas regeneradas para bautismo y membresía en la
iglesia; y practicaban únicamente la inmersión por bautismo. Como resultado de
esto eran perseguidos amargamente y proscritos. Sin embargo, crecían mucho en
números y se extendían sobre una extensa parte de Europa...Los bautistas de los
últimos trescientos años son los descendientes directos de los verdaderos
anabautistas del período de la así-llamada reformación: o tal vez podríamos más
acertadamente decir, que los bautistas eran en ese tiempo !llamados
anabautistas. Así que encontramos a Mosheim, cuya autoridad como historiador
eclesiástico es grande, diciendo lo siguiente: ‘El verdadero origen de aquella
secta que adquirió el nombre anabautista, está escondido en las recónditas
remotas de la antigüedad, y por lo tanto es extremadamente difícil de
averiguar.”
Este servidor ha
estado ocupándose de las así-llamadas “sectas” más comúnmente tratadas por los
historiadores eclesiásticos y ha mostrado que ellos mantenían creencias esencialmente
bautistas en general. Además ha indicado por medio de citas historiales la
conexión que esos pueblos tenían entre uno ÿ otro. Hay, sin embargo,
varios cuerpos de cristianos a través de los cuales bien podríamos rastrear la
continuidad de vida bautista organizada si el espacio fuera disponible.
Tomaremos tiempo para apenas indicar estos cuerpos cristianos, a través de los
cuales los bautistas hacen conexión con los tiempos apostólicos.
Hay, por ejemplo,
LOS BAUTISTAS GALENSES, quienes hacen pretensiones bien autenticadas de su
origen apostólico. No hay mejor manera de manifestar los hechos tocante
a ellos, que citar las palabras de un escritor para la revista “Religious
Herald” (Heraldo Religioso) de algunos años atrás:
“Los bautistas
galenses reclaman su origen directamente desde los apóstoles, y esta pretensión
nunca ha sido controvertida con éxito. Mantienen que la luz de un cristianismo
puro ha sido preservada entre su pueblo durante toda la ‘edad media.’ Eran un
pueblo pastoral, viviendo en sus hogares montaneses. Eran sujetos a una
persecución casi constante, y por lo tanto buscaban donde refugiarse en los
recesos de las montañas, que tan apropiadamente han sido designados ‘el
Piemonte de Bretaña.’ No obstante, el hecho de su temprana existencia es
colocada más allá de dudas o ‘quizá.’ Atrajeron la atención de la iglesia
romana, y tan temprano como el ano 597 un monge de nombre Agustín les visitó, y
trató de ganarlos a sus creencias.”
El Dr. J.T.
Christian, en su Historia Breve de fecha reciente, presenta evidencia historial
en abundancia, la cual prueba que los bautistas galenses son de origen
apostólico. Vale la pena leer lo que él escribe sobre este punto.
Benedicto, en su
Historia de los Bautistas. (p. 343 al final), muestra de la manera más
convincente que los bautistas galenses son de origen temprano. Según él, estos
ya tenían antigüedad en Gales en el año 597. Muestra que ya para esa fecha
contaban con un colegio (de enseñanza avanzada)y por lo menos una asociación de
iglesias.
Además, la historia
de los BAUTISTAS IRLANDESES proporciona una lectura muy interesante en relación
con el concepto de la perpetuidad bautista. Los bautistas tenían iglesias en
Irlandia en un tiempo no muy remoto de los días de Pablo. Patricio, el gran predicador
irlandés, nació por allá del ano 360, pero según los historiadores, el
cristianismo en Irlandia antecedió la Ilegada de Patricio por un período
largo.
Tocante a Patricio,
el Dr. Vedder escribe como sigue:
“El robo más audaz,
por parte de Roma, fue cuando prendieron al apóstol Pedro corporalmente e
hicieron de él la cabeza y fundador putativo de su sistema; pero después de ese
acto descarado, destaca su afrenta cuando ‘anexó’ el gran predicador de
Irlandia y le inscribió entre sus ‘santos’...Desde los escritos de Patricio
aprendemos que sus enseñanzas y prácticas en muchos particulares eran por lo
menos evangélicos. El testimonio es amplio a efecto de que bautizaban a
creyentes . . . No hacen referencia a infantes...El bautismo de Patricio fue el
de los tiempos apostólicos . . . inmersión.”
Tocante a las
iglesias de Irlandia, Vedder además dice lo siguiente:
“La teología de
estas iglesias hasta el siglo noveno continuaba a ser notablemente correcta y
escritural.”
Se podría seguir
citando referencias históricas para mostrar que estos bautistas irlandeses
enviaron misioneros al norte de Francia y al sur de Alemania, y que de esa
manera se relacionan con los “bautistas bajo otros nombres” que ya han sido
mencionados.
Seguramente ya se
ha presentado suficiente evidencia para probar la pretensión de este servidor
de que desde los días de Cristo han habido siempre en existencia iglesias que
mantenían las dos doctrinas esenciales para una iglesia novotestamentana. Se ha
podido dar nada más que una ínfima parte de la evidencia histórica que este
servidor tiene en su poder.
Entre más uno
estudia sobre esta cuestión, mas dogmático uno se ve obligado a hacerse en la
creencia de que la historia justifica la pretensión bautista de la continuidad
de la vida eclesiástica a través de las edades. ¡La historia ha vindicado la
promesa del Maestro de que las puertas del Hades no prevalecerán contra Su
iglesia!
“Ninguna iglesia o
denominación que haya empezado más acá del ministerio personal de Cristo tiene
derecho bíblico alguno de pretender ser una iglesia de Cristo. Por lo tanto la
promesa de Cristo a la iglesia que El edificó no fue hecha al catolicismo, ni
tampoco a las varias sectas del protestantismo que originaron en y después de
los días de la reformación de Martín Lutero, sino que fue hecha a aquella
iglesia que ningún historiador, ya sea amigo, )•a enemigo, ha podido encontrar
su origen más acá del ministerio personal de Cristo, a saber, la iglesia
bautista. Esto no es una teoría nueva. al contrario, es un hecho creído y
enseñado por todos los bautistas leales e informados a través de todo el
mundo. ”